domingo, 9 de septiembre de 2007

Just for Bin


Algunas veces, los síntomas pasan desapercibidos, y cuando la enfermedad está muy avanzada, pueden pasar por la normalidad, hasta el punto de casi llegar a ser ignorados. Sin querer presumir de ojo clínico, estos últimas días ha habido un hecho que ha llamado mi atención. Quiero referirme al enésimo video aparecido que nos muestra a Bin Laden y sus habituales discursos religioso-fanáticos-amenazadores. Nada nuevo bajo el sol. Tan es así que lo que hace unos pocos años hubiera paralizado las programaciones de medio mundo, ahora se comenta antes de los deportes, casi al final de los noticiarios. Es más, aquél "día de la infamia" que nos sobresaltó ahora hace unos años (he tenido que ponerme a contar para caer en la cuenta de que va a hacer 6), casi no ocupa ya ningún espacio. Ha tenido que ser el propio instigador de los ataques el que salga a la palestra tras una larga temporada de ausencia para recordárnoslo. No es que tengamos que estar lapidándonos con las ya gastadas imágenes, viéndolas todo el tiempo. Pero resulta que aquel día que se suponía que abría una nueva era de incertidumbres y de retos, el auténtico inicio del siglo XXI histórico, ha quedado un poco diluido, perdido en una maraña de información y de sucesos en teoría encadenados a aquél, pero que acaban por sobrepasarlo y hacernoslo olvidar. Aunque sólo son 6 años, queda ya muy lejos, sepultado por guerras y otros atentados que, cosas de la costumbre, ya no nos sobresaltan.

La imagen de un Bin Laden que se vanagloria de aquellos días que hemos dejado muy atrás y que él no quiere acabar de olvidar resulta un tanto chocante. Pero lo que más me ha chocado, además del hecho en sí, es el tratamiento que los medios han hecho del video. No he encontrado ninguno (tampoco es que haya hecho un repaso exhaustivo) en el que no se destaque que el enemigo público nº 1, el malo malísimo que quiere acabar con todos nosotros y nuestra civilización se ha teñido la barba. Es cierto. Pero resulta extraño que todo el mundo lo comente y que se centren más en esto que en el mensaje que nos manda. Y esto es lo sintomático, lo patológico. Nuestra sociedad está tan obsesionada con eso del aspecto exterior y el cuidado del cuerpo que sólo se ve es, cuando el mundo es mucho más que eso (que nadie me malentienda, que ya sabemos como son estas cosas, no vaya a decir nadie que he dicho que hay que fustigar a la "cárcel del alma", no van por ahí mis tiros). Seguro que las noticias las ha redactado alguien que acababa de llegar del gimnasio y que iba a comer una ensalada baja en calorías. Pero no es eso sólo, sino que además está el hecho mismo, cierto, de que se haya teñido la barba. Resulta que el gran enemigo de Occidente, el que todo lo nuestro lo considera un ataque al Islam y un desvío de la voluntad de Alá para los hombre, se postra ante la muy occidental costumbre de cuidar el aspecto exterior. Seguro que hasta tiene asesor de imagen. El síntoma está en los dos supuestos bandos, en las dos partes, mostrando que tal vez no seamos tan distintos (con todas los abismos que hay) y que a lo mejor hay que repensar un poco el asunto.

A todo esto, se me ocurren sólo dos preguntas: ¿qué tinte usa? (no me vendría mal, ya que he descubierto un par de canas en mi abundante y cuidada mata de pelo) y, mucho más trascedente: ¿cómo encontró el tinte, en esas cuevas perdidas en las montañas de Afganistán en las que se supone que se esconde?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

debe ser un resabio que conserva de cuando pasaba sus veranos en la costa del sol.

o puede ser que este muy enfermo, como decian algunos, y pretenda disimularlo de alguna manera.

o puede ser algun recondito precepto del coran que pase desapercibido para nosotros.

o puede ser que sea un mensaje en clave para algunas de sus celulas por todo el planeta.

o puede ser...

B.G.

El Pez Martillo dijo...

Cierto, es posible todo lo que usted dice. Pero el enfoque que se le ha dado, y en el que yo he caído, es el de que parece que quiere parecer más joven. A lo mejor es para que no se le vea tan envejecido (para él también han pasado los años) y así dar más una imagen de invencibilidad, ya sabe, para que no se diga que le quedan dos telediarios. Pueden ser tantas cosas...

Johannes A. von Horrach dijo...

Hacer un video y enviarlo a las teles de todo el mundo ya es una acción publicitaria, está claro, y luego se le van asociando otros elementos siempre relacionados con la imagen. Bin laden es un publicista de la Jihad, y si se ha teñido la barba para aparentar no se sabe muy bien qué creo que en cierta manera es lógico. Se presenta a occidente como modelo a seguir y quiere seducir.

Lo que no acabo de entender es la parte final de su texto, amigo Pez, eso de que los síntomas están en ambos bandos. ¿Se refiere usted a los síntomas del 'culto a la imagen'?

Sobre el recuerdo del 11-S: hombre, depende de cada uno, porque sí que es verdad que mucha gente ha olvidado esos atentados, pero otra, en cambio, los recuerda de forma muy nítida. Yo me limito a recordar que sucedieron y que pueden volver a suceder. Con eso me basta.