martes, 19 de septiembre de 2006

Olor


La ciudad. El humo. Los coches. El asfalto. La gente. Los ruidos. Y de pronto, un ligero aroma a césped recién cortado. Esbozo una sonrisa. El campo quiere invadir la ciudad. Si lo intenta, tal vez algún día consiga conquistarla.

3 comentarios:

Cvalda dijo...

Ojalá...

El Pez Martillo dijo...

Hay victorias parciales. Me refiero a esos edificios abandonados, chalets antiguos que antes estaban en las afueras pero que ahora están rodeados de asfalto y de grandes edificios. Algún cuartel antiguo. Esa clase de edificios con jardines abandonados, en los que las enredaderas se meten dentro de la construccdión... Me encanta pasar ante ellos.
Pero tal vez lo mejor sería un estado simbiótico.

Anónimo dijo...

Yo también me apunto a esa victoria... me encanta ese olor... a "humedad de la naturaleza". No sé decirlo mejor...