domingo, 24 de septiembre de 2006

En torno al carpe diem


El presente no se puede vivir.

No hay que vivir cada día como si fuera el último, sino como si fuera el primero (¿proverbio chino?).

El presente es tan sólo el nudo que une pasado y futuro.

"Hay que aprovechar el momento", me dices. Yo lo hago, pero es que ahora es el momento de sufrir.

"Hay que disfrutar", me espetan algunos seres-parciales. Yo diría más bien que hay que vivir, y en la vida también se sufre, si no no sería vida. Como si vivir fuera una fiesta continua.

Si no fuera por los malos momentos no valoraríamos los buenos.

En el fondo, ese carpe diem parcial es una renuncia, una mutilación. Se esconde en él un cierto tufillo de desprecio por la vida.

Al placer y al goce le opongo la intensidad. Intensidad en las alegrías. Y también en las penas.

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