He visto Chapter 27, relato desde la mente de Mark David Chapman de los tres días anteriores a que matara a John Lennon. De sus pensamientos y movimientos en esas horas. De cómo estuvo mordeando el edificio Dakota en Nueva York junto a otros fans, ansioso por encontrarse con su ídolo. De las relaciones que estableció con esas gentes (en concreto con una chica y un fotógrafo, que hizo la foto que ilustra la enytrada, en el momento que el Beatle le firmó su último disco, Double Fantasy), del momento de la firma y el asesinato unas horas después. De El guardián entre el centeno (el libro del que Chapman jamás se separaba) y Holden Caulfield. De su desequilibrio mental.
Es un retrato inquietante y desasosegante de unos de los crímenes más impactantes e incomprensibles del siglo XX, desde la perspectiva del asesino. No se trata de angelizarlo, sino de mostrar ese lado y arrojar algo de luz (una luz muy oscura). Aunque se peuda hacer pesada por momentos, resulta hipnótica y capta la atención. La interpretación de Jared Leto es inquietante (así como su transformación física, que lo hace irreconocible), pero lo más escalofriante viene en los créditos: el actor que interpeta a Lennon se llama Mark (Lindsay) Chapman.
Como fan (más de los Beatles que de Lennon en solitario), tenía que verla y estaba en la lista de espera. Aunque sea un tema desagradable que hay quien evita, es preciso asomarse a estos abismos.
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