En este afán de algunos de mirar atrás y revisar injusticias del pasado hay un impulso nihilista muy sintomático. Desprecian el mundo, precisamente el mundo que les ha hecho posibles a ellos y querrían que fuera de otro modo. De un modo que sólo cabe en sus ensoñaciones morales. Obviamente, esto no quita que haya cosas que se tengan que aclarar, episodios oscuros y desagradables que reconocer, personajes que hubiera sido mejor que no hubieran existido. Pero esas cosas ocurrieron y poco podemos hacer ahora. Lo mejor es asumirlo y reconocer que a lo mejor en ellas está la semilla de lo que ahora somos.
Pero más importante me parece el evitar, si tan puros queremos ser, que las injusticias se cometan hoy en día, no repetir esos errores con los que ahora nos quieren fustigar. Porque puede ser que en nombre de la justicia y la moral se estén cometiendo las injusticias que en el futuro haya que expiar.
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