miércoles, 12 de septiembre de 2012

El muro asfixiante

Te blindas. No sabes muy bien porqué, pero lo haces. Vas construyendo un muro a tu alrededor. No siempre es una defensa, sino una forma de formar un alrededor (al fin y al cabo, todos somos un muro que delimitaría dos vacíos, exterior e interior, que en el fondo son uno mismo). En algunos puntos hay ventanas que permiten atisbos. En otros el espesor es enorme. Con el tiempo, te vas volviendo casero, cerrando y tapiando ventanas. Impermeabilizando. Más a gusto dentro del dentro que del afuera. Levantas contrafuertes, todo se vuelve pesado. Del gótico al románico. De la luz a la oscuridad. El aire se va viciando. Todo adquiere un tinte tóxico. Y se te puede caer todo encima.

1 comentario:

PENSADORA dijo...

Le noto algo tétrico Mr. Pez...

jejeje!