Quiero pensar que es casualidad, una racha tonta, pero veo a mi alrededor demasiada crispación. Gentes que rompen en aspavientos por nimiedades. Colegas que toman las cosas por la interpretación más insidiosa y luego no la cuestionan si intentas hacerles ver que las cosas no son como piensan (por aquello del piensa mal y acertarás). Individuos que cometen infracciones de tráfico y luego agreden al que les ha dado un bocinazo por casi haberse estrellado contra ellos (he visto unas cuatro escenas de este tipo en menos de una semana, alguna vivida en primera persona).
Será por la crisis o por el calor (que, de todos modos, aunque se nota, todavía no aprieta demasiado), o porque la presión de la olla social va aumentando y poco a poco van saltando chispazos. Solo espero que no se cumpla aquello de que "antes de llover chispea", y que ande equivocado en mis barruntos de que esto son, de algún modo, los pródromos de una tormenta que, más pronto que tarde, nos calará.
4 comentarios:
¿Usted también practica la introitofagia?
PD: por cierto, ¿le agredió a usted uno de esos conductores locos?
La introitofagia es una de mis especialidades. Preparar, sentar bases, creer que se empieza, para luego nada de nada.
Por suerte, la conductora (porque era conductora la que me salió de una calle sin intermitente y sin mirar...) no me agredió, pero sus gestos y aspavientos al darle un bocinazo tras haber frenado en seco a unos pocos centímetros de su lateral fueron muy elocuentes.
Yo llevo unas semanas que todas las trifulcas automovilísticas las tengo con ctónicas. Luego salen con la cantinela de que la mayoría de accidentes los tienen hombres, ¡claro, pero porque los provocan ellas! El Big Tiger siempre ha dicho que están peleadas con el volante y ya sabe la alta estima que le tengo al criterio del Meister.
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