Cuando empieza la campaña electoral, de un día para otro nuestras calles aparecen sembradas de carteles y posters con las caras y siglas de los candidatos. Todo sea por ganar votos, no me parece mal. Lo que ya no me gusta tanto es que pasen las elecciones y todavía tengamos que verlos pidiendo el voto durante semanas o meses. En algunos casos es un recochineo obsceno (en otros, lo es incluso en campaña).
Pero bueno, debo decir que este año, entre que parece que la crisis les ha obligado a rebajar su presencia, y que la última semana de campaña la he pasado en el extranjero, personalmente la he soportado muy bien. Casi que tengo ganas de que vuelva a haber elecciones...
1 comentario:
Es lo bueno de la crisis: que entre eso y que los propios candidatos saben que la gente está harta de sus caras, se dejan ver poco. Si hasta en lo malo hay siempre algo bueno.
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