Esta noche tenemos en Palma una de esas citas señaladas, de las que quedarán en la memoria. Algunos vamos a disfrutar de la actuación de Leonard Cohen, profeta de la melancolía, el amor y el desamor. Sus plegarias (porque llamarlas canciones se queda corto) impreganarán el tan traído y llevado en los últimos días Palma Arena, lo redimirán en cierto modo. No es la primera vez que este legendario cantautor canadiense nos visita: lo hizo en 1988, en un concierto que todavía se recuerda, por lo que la velada tendrá algo de reencuentro. Para mi no, será mi primera vez en el ritual coheniano y , dado que ya tiene casi 75 años, la última. Ya les contaré.
Por cierto, a modo de curiosidad, él siempre ha afirmado que se metió en la música para ganar dinero (al igual que esta gira, tras el desfalco de su secretaria). Nada de arte ni rollos grandilocuentes de cambiar el mundo o transmitir un mensaje. Y ya les gustaría a los "artistas" hacerlo como él lo hace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario