Mi primera vez con esto de Internet fue allá por 1997. Había oído hablar de eso, pero era entonces cuando estaba explotando, al menos por aquí. Fue en la universidad, en primero de enfermería, cuando un compañero me dijo de ir con él a la sala de ordenadores, que quería mirar unas cosas. Ahí empezó mi relación con la red de redes. En casa aún no había ordenador, y apenas concoía a nadie que tuviera conexión a internet, así que tenía que aprovechar los intervalos entre clases y algún rato al terminar. Visto desde ahora, había muy poco que hacer en la red, y lo que hacía era, básicamente, imprimir letras de canciones de mis grupos favoritos (todavía tengo en una carpeta los poemas completos de Jim Morrison). Las webs eran texto y colores, nada que ver con lo de hoy en día, y tardaban en cargarse (iban apareciendo las cosas poco a poco).
No hace falta decir que no era el único que hacía lo mismo, puesto que las salas de ordenadores siempre estaban llenas y costaba encontrar un ordenador (unos macintosh parecidos al de la foto, con netscape navigator cuando su símbolo era un timón). Además, todo el mundo imprimía de forma exagerada (era gratis), y claro, pronto hubo que limitar lo que se tenía que imprimir (con el tiempo, se acabó derivando la orden de impresión a las copisterías, con lo cual, hay que pagar lo que se imprima).
Al poco, el mismo compañero que me enseñó lo que era Internet, apareció con algo "revolucionario". Un disquette con un programa de chat. No hace falta decir que nuestros buenos ratos pasamos chateando desde esas salas de ordenadores, impidiendo a los buenos estudiantes que hicieran el uso adecuado del material (lo cual era improbable, porque la mitad o más de los que estábamos allí no hacíamos nada útil).
El PC llegó a casa poco después, e Internet todavía un poco más tarde (en 1999). Desde entonces tengo la red para mi full-time, sin tener que esperar a que quede algún aparato libre. Más o menos al mismo tiempo pasó la fiebre del chat, una herramienta que ya no uso (al menos con gente desconocida, claro está, el messenger es otro asunto). Sinembargo, a veces echo la vista atrás y recuerdo con cierto cariño esos ratos en esas salas atestadas y calurosas, o los paseos por el campus en busca de alguna sala de ordenadores con sitio (ahora, con el wifi, cada uno se lleva su portátil y trabaja lo que quiere y donde quiere). El salto desde entonces ha sido enorme, y el espacio de tiempo tampoco ha sido tanto (13 años no es nada). Da unn poco de vértigo, la verdad).
No hace falta decir que no era el único que hacía lo mismo, puesto que las salas de ordenadores siempre estaban llenas y costaba encontrar un ordenador (unos macintosh parecidos al de la foto, con netscape navigator cuando su símbolo era un timón). Además, todo el mundo imprimía de forma exagerada (era gratis), y claro, pronto hubo que limitar lo que se tenía que imprimir (con el tiempo, se acabó derivando la orden de impresión a las copisterías, con lo cual, hay que pagar lo que se imprima).
Al poco, el mismo compañero que me enseñó lo que era Internet, apareció con algo "revolucionario". Un disquette con un programa de chat. No hace falta decir que nuestros buenos ratos pasamos chateando desde esas salas de ordenadores, impidiendo a los buenos estudiantes que hicieran el uso adecuado del material (lo cual era improbable, porque la mitad o más de los que estábamos allí no hacíamos nada útil).
El PC llegó a casa poco después, e Internet todavía un poco más tarde (en 1999). Desde entonces tengo la red para mi full-time, sin tener que esperar a que quede algún aparato libre. Más o menos al mismo tiempo pasó la fiebre del chat, una herramienta que ya no uso (al menos con gente desconocida, claro está, el messenger es otro asunto). Sinembargo, a veces echo la vista atrás y recuerdo con cierto cariño esos ratos en esas salas atestadas y calurosas, o los paseos por el campus en busca de alguna sala de ordenadores con sitio (ahora, con el wifi, cada uno se lleva su portátil y trabaja lo que quiere y donde quiere). El salto desde entonces ha sido enorme, y el espacio de tiempo tampoco ha sido tanto (13 años no es nada). Da unn poco de vértigo, la verdad).
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