viernes, 2 de octubre de 2009
jueves, 1 de octubre de 2009
Las mujeres y la postura del ornitorrinco

Leo en un artículo sobre la enésima encuesta sobre prácticas sexuales un dato sorprendente. Como en estos temas se miente y se exagera demasiado, lo que han elaborado el test han colocado una pregunta trampa para evaluar el nivel de fiabilidad de las respuestas. En esta ocasión, dicha pregunta trampa era "¿Has probado la postura del ornitorrinco?". Por lo visto, dicha postura no existe, o al menos no está recogida en la bibliografía de posturas que a buen seguro consultaron los que elaboraron la encuesta. Lo gracioso viene al saber los datos relativos a las respuestas. Resulta que el 5,3% de los hombres y el 7% de las mujeres contestaron que sí, que la habían probado. Perplejidad. ¿No éramos nosotros los fantasmas, los que sacábamos pecho y gustábamos de inventarnos heroicidades sexuales? Pues ya ven, parece que al menos respecto a la postura del ornitorrinco unos tienen la fama y otras cardan la lana.
PD: si por un casual resulta que esta postura forma parte de algún extraño código secreto masón, illuminati o algo así, rogaría que en la medida de lo posible algún/a amable lector/a nos ilustre al respecto.
PD: si por un casual resulta que esta postura forma parte de algún extraño código secreto masón, illuminati o algo así, rogaría que en la medida de lo posible algún/a amable lector/a nos ilustre al respecto.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Presidentes en confianza
Lo de nuestros presidentes con sus homónimos norteamericanos es de traca. Cuando se sienten cercanos a ellos (ideológicamente, estratégicamente y/o humanamente), cometen tonterías. El anterior le plantó los pies en la mesa a Bush:
El de ahora le planta sus hijas al que vino después:

En ambos casos, la misma actitud deslumbrada ante el personaje más poderoso del mundo, el creerse los reyes del mambo porque se cuenta con su aprobación. El pavoneo y la chulería. Porque nosotros lo valemos.
Auguro para la próxima visita del presidente de los EE.UU. a España en primavera salvas de reverencias ministeriales, como ya ocurrió en otra ocasión. Y él los jaleará y les dará palmaditas en la espalda, como quien da pescados a los delfines para que sigan deleitándole con sus cabriolas.
Lo he dicho ya algunas veces, pero no me cansaré de repetirlo: nos merecemos todo lo que nos pase. Y probablemente sea poco comparado con lo que realmente tendría que caernos.
En ambos casos, la misma actitud deslumbrada ante el personaje más poderoso del mundo, el creerse los reyes del mambo porque se cuenta con su aprobación. El pavoneo y la chulería. Porque nosotros lo valemos.
Auguro para la próxima visita del presidente de los EE.UU. a España en primavera salvas de reverencias ministeriales, como ya ocurrió en otra ocasión. Y él los jaleará y les dará palmaditas en la espalda, como quien da pescados a los delfines para que sigan deleitándole con sus cabriolas.
Lo he dicho ya algunas veces, pero no me cansaré de repetirlo: nos merecemos todo lo que nos pase. Y probablemente sea poco comparado con lo que realmente tendría que caernos.
martes, 29 de septiembre de 2009
Nombrar los nombres
¿A nadie más le ha llamado la atención el esmero que ponen los presentadores de telediarios en pronunciar nombres extranjeros (algunos parecen alemanes al decir Gürtel), y lo mal que dicen los nombres en las otras lenguas españolas que no dominan? No debe ser tan difícil encontrar a alguien que te diga cómo se pronuncia cualquier palabra, que seguro que en la redacción hay gente de todas partes.
Se trata de un síntoma más de la miseria del país, que pierde el culo con los extranjeros (si vienen de países con más prestigio y aura, claro), pero que da de lado a todo lo suyo. Eso sí, luego con cuatro frases patrioteras y cuatro ondeantes banderas creemos estar defendiendo y queriendo a España más que nadie. Y sí, puede que sí. Pero obras son amores, y no buenas razones.
Se trata de un síntoma más de la miseria del país, que pierde el culo con los extranjeros (si vienen de países con más prestigio y aura, claro), pero que da de lado a todo lo suyo. Eso sí, luego con cuatro frases patrioteras y cuatro ondeantes banderas creemos estar defendiendo y queriendo a España más que nadie. Y sí, puede que sí. Pero obras son amores, y no buenas razones.
lunes, 28 de septiembre de 2009
A vueltas con la discriminación positiva
Poniendo el acento en lo de "positivo" que pueda tener, creen que nos hacen olvidar que no se trata de una discriminación. Llama la atención que los que con más ahínco la defienden sean los mismos que se llenan la boca de justicia y libertad y demás "altos valores". En el fondo, es otra maniobra más para discriminar, pero con la conciencia tranquila ("porque, coño, lo hacemos por la justicia y por el bien de todos").
"Es que así se reparan las injusticias cometidas durante siglos", dicen. Como si esto fuera una cuestión de balances y de suma 0. Que no nos carguen a nosotros ni a los futuros con los pecados cometidos por los antepasados. ¿Hay que ajustar cuentas con el pasado? ¿No basta con tenerlo presente para no repetir esas injusticias?.
Y aún más, ¿hasta cuándo hay que mantener dicha discriminación? ¿Cuándo se habrá saldado la cuenta?.
Lo dicho, toda una pirueta para hacer lo mismo de siempre y creer sin autocrítica y autocomplacientemente que se está en la senda correcta, que somos los agentes del Bien.
"Es que así se reparan las injusticias cometidas durante siglos", dicen. Como si esto fuera una cuestión de balances y de suma 0. Que no nos carguen a nosotros ni a los futuros con los pecados cometidos por los antepasados. ¿Hay que ajustar cuentas con el pasado? ¿No basta con tenerlo presente para no repetir esas injusticias?.
Y aún más, ¿hasta cuándo hay que mantener dicha discriminación? ¿Cuándo se habrá saldado la cuenta?.
Lo dicho, toda una pirueta para hacer lo mismo de siempre y creer sin autocrítica y autocomplacientemente que se está en la senda correcta, que somos los agentes del Bien.
domingo, 27 de septiembre de 2009
viernes, 25 de septiembre de 2009
Políticos de segunda generación
Tras más de treinta años de democracia formal, empiezan a aparecer por aquí y por allá los políticos de segunda generación, es decir, los hijos de los políticos que entran en política. Por suerte, no todos los hijos lo hacen (como no todos los hijos de médicos se hacen médicos), pero con los que hay ya tenemos suficiente. El haber conocido desde pequeños de qué va todo ese tinglado les otorga cierta ventaja frente a los novatos, y a poco que tengan un interés real por la cosa pública, meten la cabeza con más facilidad. Como la familia es lo que importa, el apellido otorga cierta aura, sobre todo si el/la progenitor/a ocupa algún cargo de importancia dentro de la nomenklatura, y llegan normalmente más lejos que sus padres (en todo). De momento sólo asoman la cabeza, pero llegará el día en que haya más y que ocupen altos cargos, o que lleguen sus hijos y nietos.
En resumen, que con esto de la deriva dinástica de la democracia (otros países nos llevan ventaja, pensemos en los Kennedy, los Clinton, o los Bush...), uno se espera lo peor (aunque eventualmente algo bueno pueda caer).
En resumen, que con esto de la deriva dinástica de la democracia (otros países nos llevan ventaja, pensemos en los Kennedy, los Clinton, o los Bush...), uno se espera lo peor (aunque eventualmente algo bueno pueda caer).
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