Que todas las veces sean una primera vez. Acercarse virgen a las cosas. ¿Cómo es posible, si es que lo es? ¿Imbuyéndose con más intensidad en ellas, sumergiendonos y buceando con los cinco sentidos (y algunos más)? ¿O desprendiéndonos del bagaje previo? La pregunta obvia es el cómo, y si vale la pena deshacerse de lo previo para abrazar mejor lo nuevo (que en realidad no lo es tanto). Sin duda, lo ideal sería retener ambas tendencias. Pero, ¿desde qué instancia es eso posible? ¿Es necesario el esfuerzo, aunque sólo sea para que unas pocas personas, y en unos pocos instantes logren un atisbo de esa intensidad de las primeras veces?
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