No busco adhesiones inquebrantables. Ni unanimidad ni coherencia (al menos en el tiempo, tenemos derecho a cambiar y dar giros). Es más, me ofendería que alguien suscribiera al pie de la letra mis palabras, sin intentar introducirles algún matiz o pero. Me resultan sospechosos los seguidores de consignas, los recitadores de eslóganes, los discípulos que no tienen ambición ninguna de ir más allá.
El mundo es amplio, el espacio es inmenso, debería ser delito encerrarnos en un horizonte y no intentar empujarlo más allá.
1 comentario:
eeii, esa foto me suena! Gran día, la verdad.
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