Nos dicen que hay que tener actitud positiva, que con ella se pone la primera piedra para o bien salir del hoyo o bien no hundirnos tanto. Es posible que así sea, y desde luego no hay que dejarse llevar por el derrotismo. Pero algunos representantes de esa actitud positiva a veces adolecen de un entusiasmo exagerado y ridículo que parece también abocar al desastre. Así que, como decían los antiguos: "nada en demasía", ni muy pesimistas, ni demasiado optimistas.
3 comentarios:
El otro día escribí algo más o menos por estos mismos derroteros.
Para mí el optimismo infundado es tan perjudicial como el pesimismo infundado.
Y aunque esté fundado, ha de ser en su justa medida, sin desmesuras.
sastamente!
Publicar un comentario