Si a algo me he dedicado últimamente, es a procrastinar. Es un palabro de una sonoridad que me encanta, y que viene a significar eso que hacemos a veces de diferir nuestras obligaciones o propósitos, rodeando el asunto sin entrar en él, dándole largas. Cualquier cosa que tenga intención de hacer, da igual que sea una tontería, acabo posponiéndola para hacer otras cosas más inútiles. No sé cómo lo hago, pero siempre me enredo con algo que no es lo que quería hacer. Es frustrante, porque uno querría hacer eso, pero es como si una fuerza exterior te dirigiera hacia otro lugar, con el consiguiente cabreo conmigo mismo. En parte, la procrastinación es uno de los motivos que me han mantenido alejado del blog.
¿Será que en el fondo no queremos ir por el camino que nos hemos marcado, que en el interior sabemos que no es esa nuestra tarea y por eso la evitamos? ¿O es pura y simple gandulería?
2 comentarios:
ganduleria pez, pura ganduleria
Pero uno quiere pensar que es otra cosa, que ser gandul queda feo.
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