Se produce ayer una subasta eléctrica cuyo resultado redunda en un tarifazo que vamos a tener que pagar los de siempre. Y tan sólo una hora después, me llega al mail una felicitación navideña de mi compañía eléctrica. Me desean prosperidad. ¿Están de guasa? Yo les deseo dolor y sufrimiento, y descargas eléctricas en sus partes.
No creo en este caso que tenga relación una cosa con la otra, quiero pensar que fue una casualidad pero en las actuaciones del personal dirigente (político, empresarial, o de donde sea) a veces parece que se cachondean de las víctimas de sus decisiones. Que se nos mean encima y nos dicen que llueve haciéndonos sentir tontos (y criminales) por dudar de que llueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario