No podemos cargar con todo el mundo sobre los hombros. Por más que queramos, es una tarea inútil y autodestructiva. Ni siquiera centrándonos en algún aspecto más o menos concreto, somos capaces de soportar el peso de todo lo que puede llegar a implicar. Saberlo no tiene que llevarnos a la inacción (lo cual no es sino una derivación del querer cargar con todo, y ya que no puedo, pues no lo hago, como si no se pudiera hacer nada más: o todo o nada), únicamente al autoexamen con tal de conocer nuestros límites y el grano de arena que podemos aportar. Volvemos al viejo "conócete a ti mismo".
2 comentarios:
Lo que siempre podemos hacer es, al menos, intentarlo.
Creo que la cosa, a parte de conocerse a sí mismo, tiene que ver con la tolerancia a la frustración.
Salud!
Tolerancia que hay que conocer, jejej
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