lunes, 30 de mayo de 2011

Interiorizando y olvidando

Se hace extraño, pero son muchos los códigos que aprendemos e interiorizamos tanto, que acaban olvidados, aunque los manejemos con soltura.

Pienso en el lenguaje. Desde pequeños se nos enseña a escribir bien (aunque primero hablamos, y cuando vamos al colegio ya poseemos unos rudimentos gramáticos bastante sólidos, la escritura es algo puramente escolar y distinto al hablar), y durante años se nos acostumbra a normas ortográficas que hemos de conocer y recitar. Pero pasan los años y uno acaba escribiendo de forma aceptable, pero no es capaz de decir las normas de la escritura (tan sólo quedan en el recuerdo unas pocas, las más mnemotécnicas tal vez). Las normas deben estar por ahí, recónditas, operando en la oscuridad.

Parecido ocurre cuando se aprende un idioma que no es de cuna (lo de idioma materno no me acaba de convencer). Al principio te ves titubeando, repasando y recordándote las normas al hablar (el verbo en segunda posición, el acusativo en -n, etc.), pero un buen día fluyen, hablas con cierta corrección sin pensar, automáticamente. 

Con el conducir, tres cuartos de lo mismo. No tienes que estar recordándote continuamente las normas de tráfico, o los movimientos de pedales y marchas, la cosa va sin más. 

Es extraño esto de la interiorización. ¿Hay olvido realmente, aunque no se sepa concretar con exactitud? ¿Es una simple mecanización? ¿Dónde quedan todas esas reglas aprendidas que no se recuerdan del todo pero que parecen funcionar con toda su fuerza?

5 comentarios:

PENSADORA dijo...

Mecanización, pez, pura mecanización. Aunque suene raro.

Anónimo dijo...

Los actos físicos como nadar, usar bicicleta, coche, etc, no suelen olvidarse; sí se olvidan las normas relativas a lo puramente memorístico. Es decir, no olvidaremos cómo se conduce un coche, pero sí podemos olvidar las normas de circulación. Y los idiomas no digamos, si no se usan de vez en cuando.

El Pez Martillo dijo...

Es como lo que dice Wittgenstein al final del Tractatus: todo lo dicho hasta ahora es como una escalera por la que hemos accedido a una ventana. Si han llegado ustedes hasta aquí, podemos tirar la escalera y olvidarla.

klee dijo...

Los conocimentos y experiencias no siempre los podemos verbalizar, incluyso aquellos que paradojicamente los hemos aprendido a traves del lenguaje.

El Pez Martillo dijo...

Me gusta, Klee.