domingo, 19 de febrero de 2006

Una mente musical


Hay en psicología y en filosofía (hasta hace no mucho eran lo mismo, hasta que en el siglo XIX la fiebre científica hizo aparecer la psicología, algún día debería hablar de ello) una discusión sobre si el pensamiento es verbal o visual (es decir, si pensamos en imágenes o en palabras). Hay autores a favor y en contra de una y otra postura, y no voy a ser yo el que resuelva la cuestión. Sólo quiero introducir una nueva opción. ¿Y no es posible el pensamiento musical?. La idea se me ocurrió el otro día. Me pregunté que qué habrá dentro de la mente de un músico. Y pensé que tal vez su cabeza, por alguna rara combinación genética, era capaz de traducir las sensaciones y sentimientos que ahí dentro de entrecruzan en notas musicales. Una mente musical. Seguramente es una estupidez, pero me resulta muy interesante. Tener siempre una melodía en la cabeza, que responda a lo que hay fuera y a lo que hay dentro, y a la mezcla de ambos (en realidad todo es una mezcla entre lo que llevamos dentro y lo que hay fuera). Sería como vivir en un musical (dicho así, tal vez la idea sea terrible). Eso sí, un musical personal e intransferible (aunque tal vez los músicos lo que hacen es intantar volcarlo al mundo, para que todos disfrutemos de su mente).

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