domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
En el rebaño
viernes, 28 de noviembre de 2008
Poder y opnión
jueves, 27 de noviembre de 2008
Profecías nietzscheanas
En los tres o cuatro países civilizados de Europa puede hacerse de las mujeres, mediante unos cuantos siglos de educación, todo lo que se quiera, incluso hombres, por supuesto no en el sentido sexual, pero sí en cualquier otro sentido. Sometidas a semejante influencia, algún día habrán adquirido todas las virtudes y fortalezas masculinas, aunque en el mismo saco deben también llevarse sus debilidades y vicios: hasta tal punto, como queda dicho, puede forzarse la cosa. Pero, ¿cómo soportaremos el estado intermedio acarreado por esto, que quizá pueda llevar incluso un par de siglos, durante los cuales las tonterías e injusticias femeninas, sus prendas ancestrales, afirman todavía su supremacía sobre todo lo adquirido, aprendido? Esta será la época en que la cólera constituya el afecto propiamente hablando masculino, la cólera porque todas las artes y ciencias estén inundadas y encenagadas de un diletantismo inaudito, por que la filosofía sea llevada a la muerte por una charlatanería descabellada, por que la política sea más fantástica y partisana que nunca, por que la sociedad esté en plena disolución, pues las guardianas de la antigua costumbre se han hecho para sí mismas ridículas y se han empeñado en situarse en todos los respectos fuera de la costumbre. Pues si las mujeres tenían en la costumbre su máximo poder, ¿a qué deberán agarrarse para recuperar una plenitud análoga de poder, tras haber abandonado la costumbre?.
Friedrich Nietzsche. Humano, demasiado humano (1878)
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Economicismos
El otro día asistí a una encendida defensa de la economía como ciencia superior y primera de todo el sistema social. En pocas palabras, la tesis era que si la economía no va, todo lo demás no funciona y cae. Intenté defender una postura contraria (no a la economía en sí, sino a que fuera lo más importante) se me contraargumentó que eso lo decía porque vivía en una zona más o menos rica y con comida y techo asegurado cada día. Cuando en realidad, la economía es importante precisamente porque nos movemos en un paradigma económico como es el nuestro. Pero podría haber muchos otros parámetros por los que evaluar el estado de la sociedad. Hay muchas variables a tener en cuenta, tantas que casi se hace imposible. Y reducirlo todo a lo económico o a lo económicamente mensurable me parece un error. Porque entonces dejamos de lado otros elementos importantes en la vida de las personas (pero a lo mejor más difíciles de cuantificar, y tal vez ahí esté el problema). Porque entonces podemos encontrarnos con la aparente (pero sólo eso) paradoja de sociedades boyantes (las crisis sólo las pueden tener los que van bien, es más puede incluso ser un signo de salud) que, con todo lo económico en muy buen estado, manifiestan un crecimiento de trastornos por estrés y de carácter psicológico y psiquiátrico que ponen de manifiesto cierto malestar.
Es muy fácil reducirlo todo a una única magnitud, así se crea la sensación de que está todo más controlado.
Es muy fácil reducirlo todo a una única magnitud, así se crea la sensación de que está todo más controlado.
martes, 25 de noviembre de 2008
Discurso apasionado
Por norma general, y para la mayoría de la gente, a la hora de ser convencidos de algo, cuenta más la pasión y la vehemencia con que se hable, que las razones esgrimidas. Lejos de ser una carencia o una inconsciencia, tal vez se trate de un síntoma de los tiempos estéticos en los que nos ha tocado vivir, en los que cuenta más la forma que el contenido.
lunes, 24 de noviembre de 2008
La filosofía y los demás

Cuando la gente sabe que he estudiado Filosofía y que me gusta (aunque parezca paradójico, lo uno no tiene porqué coincidir con lo otro), a parte de la sempiterna pregunta acerca de para qué sirve (y que respondo con cualquier tontería que pretende ser ingeniosa, para evitar soltar un discurso que ni siquiera les interesa), veo que la gente intenta hacerse la interesante y hablar de algo que les suene, aunque sea remotamente, a filosofía. "Pienso, luego existo", "Sólo sé que no sé nada", son frases que salen de sus bocas. Algunos me han hablado de Kant, señalándome que es un filósofo alemán conocido, y me preguntan que si lo conozco (personalmente no, pero algo sobre él sí que he leído). Y claro, no puedes irle a alguien que ha estudiado esa carrera (y cualquier otra, en realidad) con lo que vagamente recuerdas del bachillerato. Es como si cuando me presentan a un mecánico le hablara de la junta de culata. Hay gente, más modesta y consecuente, que simplemente se interesa por la filosofía, que pregunta en qué consiste, que si es muy complicado... (a estos intento evitarles una perorata pedantesca y autocomplaciente, por lo que voy a lo rápido y a cambiar de tema) Hay otros que van más a lo práctico, y piden por las salidas profesionales que tengo (y que se sorprenden de que les diga que no tengo ninguna ambición por ese lado, que yo estoy muy bien con mi trabajo y no pretendo cambiarlo, ¿entonces para qué todo el esfuerzo?). Finalmente, también hay quien me ha preguntado si he estudiado filosofía hispánica o inglesa, a lo que yo contesto que las dos, y alemana, y griega..., dejándolos sorprendidos y con cara de no saber si tomarme en serio.
Pero en general, observo cierta perplejidad, como si por un lado no supieran muy bien de qué va la cosa (esto es comprensible) y tampoco supieran cómo deben tratar a un especimen "filosófico".
Pero en general, observo cierta perplejidad, como si por un lado no supieran muy bien de qué va la cosa (esto es comprensible) y tampoco supieran cómo deben tratar a un especimen "filosófico".
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