domingo, 19 de enero de 2014

Defender la cultura

La cultura está sobrevalorada. No me refiero al cultivo de uno mismo, al saber cosas y ser más o menos erudito, sino a la cultura propia, a ese "lo nuestro", "mi cultura" o como se le quiera llamar a lo que nos hace semejantes a nuestros paisanos, a las manifestaciones folklóricas del lugar de donde se es. Está sobrevalorada no porque no valga la pena, ni porque no haya que promover su pervivencia (como si, por otra parte, las culturas fueran algo fijo y no evolucionaran), sino por esa manía que tiene  de convertirnos en los últimos garantes de dicha pervivencia. Porque parece que si no nos plegamos al cien por cien a la "cultura", la estamos traicionando y no tenemos derecho al paraíso que sin duda nos reserva. 

Rompamos, de una vez, con la cultura. Puede que sea también una forma de estar en ella.

2 comentarios:

Ivantxu dijo...

¡Me encantas! Y además estoy de acuerdo con tus palabras.

PENSADORA dijo...

mmm! ¿romper con la cultura o más bien con el folclore?

Yo rompería con el folclore más bien para evolucionarlo, cosa que ocurre mucho en nuestro país aunque los gobernantes pretendan que se quede como está.