sábado, 30 de noviembre de 2013

Por un psiquiatra en la tertulia

Ahora que se han puesto de moda las tertulias políticas (a todas horas nos dan la lata comentando lo que nuestras autoridades y gobiernos hacen), echo en falta entre las filas de los tertulianos, en su mayoría periodistas, a algún psiquiatra o psicólogo, que comente las actitudes de los poderosos desde el prisma médico, porque tengo una sensación (y un miedo) creciente de que estamos gobernados (y dirigidos, porque otra sensación que se va instalando poco a poco es que no solo los gobiernos gobiernan) por psicópatas que nos están conduciendo al desastre. Pienso que aportar esa perspectiva daría un resultado interesante.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Obras son amores

El movimiento se demuestra andando, y a veces sucede que el que hace aspavientos y llama la atención sobre su marcha, es que o no anda o lo hace mal. El caso de la democracia es paradigmático. Se es democrático siéndolo, no pregonándolo. Y se pregona mucho, demasiado. Tanto, que uno llega a pensar que de tanto estar en la boca de la gente (para arrojarla a los demás), ha desaparecido de los sitios en los que ha de estar. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Manipulados





En los últimos días, a nivel público y privado, en asuntos distintos, he oído en varias ocasiones el argumento del "estás manipulado", como una forma de descalificar actitudes u opiniones que no gustan o que no son las esperadas. Ciertamente, la influencia de los demás y su capacidad para administrar la información, así como sus dotes persuasivas, son una posibilidad a tener en cuenta, pero no es algo tan simple como quieren creer. Entre otras cosas porque, a no ser que haya un empleo de la fuerza y la amenaza, el que es manipulado lo es porque se deja manipular, lo cual implica una cierta coincidencia a priori con el manipulador y sus posiciones. No es que seamos puras marionetas con la mente en blanco que terceras personas se encargan de manejar. Y en definitiva, en el caso de las opiniones, eso no las invalida (pueden estar bien argumentadas y ser congruentes y adecuadas, el cómo no anula el qué, aunque dicho cómo pueda ser reprobable), y más bien es un síntoma por parte del acusador, que muestra así la frustración de no haber conseguido él manipular en su favor. O de ser incapaz de contraargumentar. Se cree estar descalificando al otro, pero como toda descalificación que pretende anular en bloque, mina la propia posición cuando la cree reforzar. 

martes, 26 de noviembre de 2013

Incomodidad

Saber que algo contigo no va bien, pero no conocer exactamente qué es lo que no funciona. ¿Qué hacer entonces? ¿Escrutarte buscando la anomalía?¿O esperar a que se evidencie por sí misma de forma más o menos espontánea? Todo es peligroso.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Traspasando límites

La idea de límite incluye en cierto modo la de un más allá (de dicho límite). Siempre parece posible pensar en un rebasamiento, en un dejar atrás. Pero también está la idea de no traspasabilidad, de un límite absoluto que no esconde nada, el cual sólo cabe transitar y, eventualmente, nos rebota. Mas, una vez tocado el non plus ultra, ¿es todo igual que antes?¿No ha cambiado nada (todo) en el ínterin? Entonces, no hay un más allá, pero sí hay un después, lo cual nos pone ante la pista de que se sigue en lo mismo, pero ya no es igual.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Recordando a Freddie Mercury: The Prophet's song

Se conmemoran estos días muchos aniversarios de muerte. En realidad, todos los días encontraríamos alguien más o menos importante a quien recordar, pero los de estos días son de esos que marcan, de lo que todos se acuerdan: Franco y Kennedy, principalmente. Y hoy, Freddie Mercury. Una bestia escénica con un carisma (y una voz) arrollador, y que, para servidor, supone el primer personaje popular cuya muerte sentí cercana. 

Para recordarlo, una pieza de las no demasiado populares de Queen, pero que me parece (no soy el único que lo piensa) una de sus mejores canciones, que forma parte del inmenso A night at the Opera. Se trata de la canción del profeta:


viernes, 22 de noviembre de 2013

El día mundial de la Filosofía

Ayer fue el día mundial de la Filosofía. Sí, hasta la filosofía tiene su día mundial, para que vean cómo está el patio. Resulta que la UNESCO lo celebra desde el 2005, para destacar que «la filosofía es una disciplina que estimula el pensamiento crítico e independiente y es capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia». Pensamiento crítico, dicen, para al final, expandir lo políticamente correcto de la paz y la tolerancia. Sí señor. 

La filosofía, como decía Nietzsche, es una amenaza para la sociedad, y los filósofos, unos extraños outsiders que deberían poner en solfa los fundamentos de la cultura, poniéndolos a prueba y amentar así su fortaleza o desenmascarar su debilidad. Como licenciado en filosofía (me gustaría que eso me convirtiera en filósofo, pero no lo tengo demasiado claro), no quiero ser acogido ni apoyado. Es más, aunque resulte contradictorio, a veces pienso que lo mejor que le puede pasar a la disciplina es que sea retirada de los planes educativos y de la universidad, visto el panorama que en ellos campa. Sólo afuera puede haber algún viso de salvación.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Recuperando pulso

Después de una temporada fuera de juego (por varios motivos, pero también por pereza), vamos a intentar recuperar el pulso de esto, y hacerlo de forma duradera, que ya está bien de lamentos y de autolimitaciones absurdas. A ver qué sale de esta nueva etapa (querría decir que no prometo nada, pero al mismo tiempo no quiero que sea así). Veremos. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Exacerbado criticismo

Está bien ser crítico: ver lo desagradable, intentar tener en cuenta el lado menos simpático de las cosas. No conviene caer en demasiadas complacencias (y autocomplacencias), hay que estar alerta. Pero a veces uno se siente abrumado y aplastado por esa negatividad, y querría tener una mayor capacidad para reconocer lo bello y agradable,  más sensibilidad para ello. no es incompatible una cosa con la otra, y el ideal sería poder ver lo bueno y lo malo que hay en todo, tenerlo presente y no dejar que lo uno anule a lo otro. Sólo así podría evitar que lo negativo en mí anule a lo positivo que yo pueda albergar.