viernes, 27 de mayo de 2011

La sabiduría de Sileno

Cuenta el mito que Sileno (un sátiro, leal compañero del dios Dioniso) era poseedor de una gran sabiduría, pero sólo cuando estaba borracho. Los humanos anhelaban conocer los secretos que Sileno atesoraba, y el rey frigio Midas logró atraparlo y llevarlo a su palacio, donde, tras emborracharlo, le apremió con sus preguntas. La respuesta fue escueta, terrorífica y profunda: que lo mejor para el hombre era no nacer, y que si lo hacía, lo mejor era morir pronto.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues conozco yo a más de uno que debe de ser descendiente directo de Sileno, y no le digo más.

Anónimo dijo...

Poca sabiduria puede haber en la intemperancia que demuestra Sileno.Mas bien parece ser presa de la Hybris,ceguera e ignorancia,con la que los dioses colmaban a aquellos faltos de templanza.Quizas sea esto lo que represente de verdad Sileno,la locura por el exceso,no en vano es el satiro mas borracho de todos.
Saludos .Rosa

El Pez Martillo dijo...

Rick, yo también conozco a alguno de esos descendientes, jejeje.

Rosa, la templanza es templanza del extremo. Y para poder templarlo, hay que conocerlo (el "justo medio", tan hermoso él, es medio en referencia a los extremos de los cuales es medio, los ha de tener en cuenta). Piense que Sileno no era humano, y que lo que dijo lo dijo de los humanos. Además, no dicen que los borrachos dicen la verdad?

La enseñanza es que, vale, bien, la existencia es una mierda, y más valdría no haber llegado aquí, pero en tanto que aquí estamos, hagámosla lo más llevadera posible. Y ahí sí que entra lo de la mesura, en no dejarse llevar demasiado por el pesimismo de Sileno, pero tampoco en perderlo de vista.

Saludos.

PENSADORA dijo...

Así debería ser, como bien alega usted Mr. Pez. Tener ese punto de referencia de Sileno para no optimizar demasiado pero tampoco pesimizar demasiado.

En fin

Anónimo dijo...

Lo de "in vino veritas"no es verdad.Que la lengua se desate no quiere decir que la verdad reluzca,no nos confundamos.Al contrario.Solo hay que ver al personal en los controles de alcoholemia,dando una tasa de 0,80,todos dicen que solo han tomado dos cervezas jeje...En A.A.lo primero que se le dice a los familiares,de alguien con ese problema, es que son unos maestros del engaño,que mienten mas que hablan y que no se pueden fiar de su palabra.Por algo sera.
Eso no es pesimismo,en mi pueblo eso se llama "tindrer mal pet".Con todas sus desventuras,la existencia es una gran oportunidad que seguramente no se va a repetir.¿Hacerla llevadera?. ¿No es mejor disfrutarla?
Rosa

El Pez Martillo dijo...

¿Y disfrutarla no es una forma de hacerla llevadera? En mi opinión, si se llega a disfrutar sin perder de vista ese fondo negativo y pesimista (yo diría que decir que existir es lo más pésimo es una forma de pesimismo, si no, qué es ser pesimista), la vida tiene mucho más valor. Ese es el reto que plantea Sileno (que además de borracho es un dios).

Pau Llanes dijo...

Llegué a tu blog casualmente, siguiendo el rastro de uno de mis lectores-caracol…

Leo tu referencia a Sileno y no puedo por menos que recordar a Shopenhauer, su visión de la vida como dolor y lucha, en la que la misma voluntad se desconoce a sí misma y auto fagocita. Es el eterno retorno del dolor… Vivir es padecer eternamente: “lo que debes preferir es no haber nacido… y lo que te cabe esperar es morir pronto”… Ante este abismo existencial, Schopenhauer se pregunta: “¿Cómo, pues, un hombre, después de haber reconocido claramente cuál es la naturaleza del mundo, podrá persistir en afirmar semejante existencia por manifestaciones incesantes de voluntad y aferrarse a la vida con energía cada vez mayor?

El hombre que ha sido capaz de contemplar esta verdad solo puede entrar en un estado de renuncia voluntaria, de resignación, de quietud absoluta, de abandono rotundo de todo querer… La negación de la voluntad trae consigo la nada (éxtasis), puesto que al negar la voluntad negamos todas sus objetivaciones, negamos el mundo de la representación y nos suprimimos a nosotros mismos (pues no somos más que fenómenos de la voluntad)…

El fondo del mundo no entiende de razones, no es causa ni efecto, es pura irracionalidad. Ninguna criatura, tampoco el individuo humano, goza de libertad. Solo la voluntad, en tanto se encuentra exenta de la relación causa-efecto, es absolutamente libre, no tiene ningún objetivo que seguir, ningún principio al que obedecer… La voluntad no tiene límites, es un aspirar sin término, un perpetuo querer. Cada satisfacción es el punto de partida para un nuevo querer y cada insatisfacción provoca un gran dolor. Y cuando no hay objetos que desear o cuando se consiguen rápidamente, el individuo siente un vacío aterrador. Así “la vida oscila, como un péndulo, entre el dolor y el hastío (...) después de haber puesto en el infierno todos los dolores y todos los suplicios, el hombre no ha encontrado nada que colocar en el cielo más que el aburrimiento”…

No desde la cima de la montaña, sino desde la ladera del volcán, te leo en mi madrugada…

Saludos

Pau Llanes

El Pez Martillo dijo...

Hola, Pau, gracias por comentar.

Schopenhauer y también Nietzsche, aunque este adopta otra vía distinta a la renuncia para manejar ese fondo negativo de la existencia: la transfiguración de todo ese drama en arte, sublimándolo y haciéndolo digno de admiración y de ser vivido. Ésa es la base de la que parte "El nacimiento de la tragedia" y también buena parte de su filosofía.

Saludos.