lunes, 1 de noviembre de 2010

Maternidad

Se opera en las mujeres un cambio tremendo cuando son madres. Si tiene que ver con las tormentas hormonales, con el cambio físico que se opera en el cuerpo, o con la variación de prioridades vitales que se produce, es algo que desconozco. Pero sea como fuere, es algo que va más allá de todo esto. Adquieren las mujeres un aura especial con la maternidad, una especie de plenitud plena, si se me permite la redundancia. Se las ve más mujeres, más poderosas. No es exactemente que antes fueran menos mujeres, solo es que no eran madres. Y eso es un poderoso matiz.

4 comentarios:

PENSADORA dijo...

Yo creo que es como una especie de realización final. Cuando se es madre, supongo, una se debe sentir muy realizada.

En fin, ya me molaría saberlo algún día.

Jarttita. dijo...

Jajj, Pens, menos mal que has puesto el "supongo": ya te hacía con dos churumbelitos escaladores.

Pues sí Pez, debe ser una gran sensación. Supongo que cuando eso pasa todo lo demás se relativiza, todo importa menos. Debe ser una gran aventura.

El Pez Martillo dijo...

Fijaros que habéis hablado de "la sensación". Vosotras os ponéis en ese lugar, porque podéis. Yo sólo puedo captar esa aura, con cierta admiración, sorpresa y desconcierto. Y aunque ser padre también debe tener lo suyo, no parece que sea lo mismo que ser madre.

Saludos.

PENSADORA dijo...

No creo que sea lo mismo en lo biológico. Pero emocionalmente, creo que al final la cosa se asemeja.

Si nos pusiéramos en el caso de una pareja que tiene un hijo en adopción me imagino que las sensaciones deben ser muy parecidas tanto para la madre como para el padre.

En fin.

NOTA: No, jart, no he tenido esa suerte. ¡jo!