sábado, 25 de septiembre de 2010

Con los pies en el futuro

Hay épocas muy poco apegadas al suelo. La nuestra es tal vez una de las que menos lo esté. Vivimos pendientes de horizontes varios que se superponen: el próximo fin de semana (la Gran Fiesta prometida), la Felicidad, la delgadez, las vacaciones, las elecciones, la independencia,  el pleno empleo, la próxima jornada de liga, la vida eterna... En lugar de estar en un hoy que se proyecte hacia el mañana, vivimos en un eterno mañana que ilumina nuestro ahora. De este modo, ese mañana nunca llega, o no al menos de la forma en que se lo esperaba, generando insatisfacciones varias y mayores esperanzas en el pasado mañana. 

De forma paradójica, abundan las declaraciones de amor y apego al presente, con el estúpido Carpe diem (cuando suena en los labios de la mayoría de la gente) como leitmotiv. No es más que una estrategia psicológica para seguir en pos de la quimera y creerse que se tiene los pies sobre la tierra, como el fumador que a cada pitillo se promete que es el último. Al final, resulta que de tanto esperar, ni llega nada ni se hace nada. Y si llega algo, lo más probable es que sea el suelo contra nosotros a gran velocidad (y eso será lo que en nuestra ceguera creeremos, pero en realidad seremos nosotros los que nos habremos precipitado contra él). Veremos si no quedamos demasiado maltrechos y podemos volver a andar sobre la tierra.

3 comentarios:

Cisne Negro dijo...

Bien dicho. Soy de la opinión de que se ha confundido eso del "carpe diem" con lo de "vive deprisa y deja un cadáver bonito"...

Douce dijo...

Me parece muy acertada la reflexión.Este mundo 'veloz', de prisas para llegar a no se sabe dónde, es una continua 'proyección' que nos impide vivir el AHORA,que es lo único de que disponemos.

Y a medida que avanzas en edad, los horizontes superpuestos se reducen y acortan, la proyección se hace a la inversa:-)

El Pez Martillo dijo...

Cisne, también se confunde el Carpe Diem con "haz lo que te dé gana cuando te dé la gana", con lo cual tenemos una sociedad repleta de descerebrados egoístas.

Douce, a nivel individual puede ocurrir eso de que los horizontes se acorten, pero a nivel comunitario estamos en las mismas, volando hacia adelante(y si, como algunos pretenden, corres hacia adelante mirando hacia atrás, el guantazo sí que será hermoso).

Saludos.