jueves, 30 de septiembre de 2010

Así, no

Visto lo visto, si aún cabe hablar de revolución, la próxima no la harán los sindicatos. Es más, habrá que hacerla a pesar de y contra los sindicatos, ya forman parte de lo que habría que derribar (y puede que siempre hayan estado ahí).

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Viejas ideas en la nueva época

Ya he expresado en varias ocasiones la idea, que no es mía (no se vayan a creer) de que vivimos una época en la que muchos esquemas con los que veníamos funcionando hasta ahora ya no valen para afrontar los problemas y retos a los que nos enfrentamos. Se ha repetido hasta la saciedad con el tema del terrorismo global que estamos ante una nueva forma de guerra. Pues bien, igual que la guerra ya no es lo que era y no se puede afrontar con estrategias de hace 40 años, lo mismo ocurre con izquierda y derecha, nación, mercado... Y, conviene destacarlo en un día como hoy, huelga (y revolución). El problema es que no nos valen los esquemas del pasado, pero no tenemos aún las herramientas con que manejarnos en las nuevas situaciones, de ahí parte de la confusión y desánimo que cunden por doquier. Se genera impotencia al ver que no se logra nada con lo que creíamos útil, no sabemos cómo actuar, y puede que se creen situaciones violentas debido a ello (en una especie de furor nihilista). Otros optarán por quedarse cruzados de brazos o se autoconvencera de que no pasa nada e insistirán obstinados en los viejos remedios. Y al final algún día surgirán nuevas estrategias, nuevos poderes y luchas. Pero mientras tanto...

martes, 28 de septiembre de 2010

¿Señor Montaigne?, adelante

Mi lista de "libros por leer" es extensa, de cada vez más. En ella hay algunos títulos ilustres, clásicos, pero no por ser importantes o antiguos, sino por el enorme tiempo que están ahí, esperando a que me decida a leerlos. Su situación es distinta a otros, que simplemente no los leo porque voy posponiéndolos para dejar hueco a lecturas más urgentes, relacionadas con mis labores particulares (tesis y grupo de investigación). A los ilustres los dejo de lado porque no les ha llegado aún su momento, es como si tuvieran que ser consumidos en una época y con un temple vital determinados, no sabría explicarlo de otro modo. 

Uno de estos títulos ilustres de mi lista son los Ensayos de Montaigne. Los he tenido muchas veces en mis manos en librerías y bibliotecas, dispuesto a adentrarme de una vez por todas en ellos. Pero en el último instante sentía que aún no había llegado su hora, y me acababa decidiendo por otros libros. Pero ahora es distinto, es el turno de Montaigne. Siempre he tenido muy buenas referencias suyas, y conozco al autor y el contexto de la obra, siendo en definitiva uno de esos libros que, sin haberlo leído es familiar y se sabe de algún modo que se va a disfrutar de su lectura. Incluso, en exagerado narcisismo, que está escrito para uno mismo, y por lo tanto merece ser leído no de cualquier modo.

Ha llegado el momento del señor Michel de Montaigne. Adelante.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ombliguismo

-Me parece muy bien que sólo quieras mirarte el ombligo, pero no pretendas que yo también te lo mire. Bastante tengo con contemplar el mío.

-¿Y si yo miro el tuyo y tú el mío? Tal vez saquemos algo en claro.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Leonard Cohen. Songs from the road

Hace un año y medio Leonard Cohen volvió por sus fueros. Tras varios años oculto (y si sacó algún nuevo trabajo fueron de los más flojos de su carrera). Lo hacía por razones económicas: su agente le había estafado y se había llevado sus ahorros, por lo que se vio obligado a retornar a la carretera e iniciar una gira que le llevaría por todo el mundo. Rondando los 75 y en vista de la motivación poco "artísitca" y los últimos trabajos, parecía que iba a ser una gira de perfil bajo, concebida bajo la filosofía del "toma el dinero y corre". Pero no, el señor Cohen deslumbraba con conciertos de cerca de tres horas en los que revisitaba sus mayores éxitos, algunos con nuevos arreglos y siempre con extrema elegancia. Como había que generar pasta, la gira se acompañó de un disco, Live in London, que recogía  material de los conciertos que ofreció en Londres en 2008, los primeros en muchos años. El éxito del disco y de la gira, y para aprovechar el tirón, le han llevado a publicar ahora Songs from the road, una recopilación de canciones interpretadas a lo largo de la gira. "Otro directo más" dirán algunos. Sí, ciertamente, es una forma de ofrecer más de lo mismo sin esmerarse demasiado. Pero no importa, porque se trata de un complemento perfecto para Live in London, ya que se echaban de menos algunas canciones importantes en su repertorio que sí figuran en este nuevo trabajo, como Famous blue raincoat o este impresionante The partisan:

sábado, 25 de septiembre de 2010

Con los pies en el futuro

Hay épocas muy poco apegadas al suelo. La nuestra es tal vez una de las que menos lo esté. Vivimos pendientes de horizontes varios que se superponen: el próximo fin de semana (la Gran Fiesta prometida), la Felicidad, la delgadez, las vacaciones, las elecciones, la independencia,  el pleno empleo, la próxima jornada de liga, la vida eterna... En lugar de estar en un hoy que se proyecte hacia el mañana, vivimos en un eterno mañana que ilumina nuestro ahora. De este modo, ese mañana nunca llega, o no al menos de la forma en que se lo esperaba, generando insatisfacciones varias y mayores esperanzas en el pasado mañana. 

De forma paradójica, abundan las declaraciones de amor y apego al presente, con el estúpido Carpe diem (cuando suena en los labios de la mayoría de la gente) como leitmotiv. No es más que una estrategia psicológica para seguir en pos de la quimera y creerse que se tiene los pies sobre la tierra, como el fumador que a cada pitillo se promete que es el último. Al final, resulta que de tanto esperar, ni llega nada ni se hace nada. Y si llega algo, lo más probable es que sea el suelo contra nosotros a gran velocidad (y eso será lo que en nuestra ceguera creeremos, pero en realidad seremos nosotros los que nos habremos precipitado contra él). Veremos si no quedamos demasiado maltrechos y podemos volver a andar sobre la tierra.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La semilla que trajo la Gripe A

Hace una temporada que estoy más vital, más activo: salgo más y hago más cosas. Y todo con un mejor aguante. Hace un par de años no hubiera podido hacerlo, o me hubiera negado o me habría visto sin fuerzas. Estaba desfondado. Incluso cosas que antes me fastidiaban y me provocaban incluso malestar físico, ahora no lo hacen (incluso me resfrío menos, y si lo hago es de forma más leve). No sé muy bien a qué viene este cambio, pero bienvenido sea. Echando la vista atrás, y siendo difícil poner una fecha exacta, he llegado a la conclusión de que todo empezó más o menos en el pasado diciembre, cuando padecí la Gripe A. Como sanitario, debería haberme vacunado, pero me negué (nunca me he vacunado de la gripe, y en el hospital existía un cierto ambiente de mofa y cahondeíto acerca de la famosa pandemia) y al final la pillé. Con ella noté por primera vez este plus de vitalidad: no tuve demasiada fiebre (y yo soy de los que por un catarro me pongo a 39) y tras dos días y dos paracetamoles volví a la vida normal, lo cual me extrañó bastante, ya que siempre me cuesta mucho reponerme. 

Desde entonces, ascenso. Y aunque puede que la Gripe A no tenga nada que ver con ello, sería una gran ironía que de algún modo, con ella haya venido más energía y ganas de todo. Así que no puedo hacer otra cosa que estar de acuerdo con la OMS, que ahora dice que con la Gripe A hemos salido ganando. Y al menos quiero creer que sí. Y si non é vero, é ben trobatto

jueves, 23 de septiembre de 2010

El desencanto (J. Chávarri, 1974)

"El fracaso es la más resplandeciente victoria."
Leopoldo María Panero en El desencanto
 
Hoy he visto El desencanto (1974) de Jaime Chávarri, estremecedor documental en torno a la familia de Leopoldo Panero (1909-1962). En él, su viuda, Felicidad Blanc, y sus hijos, José Luis, Michi y Leopoldo María, desgranan con crudeza sus recuerdos y miserias. Llama la atención el carácter descarnado de las declaraciones, la frialdad con la que cuentan los sucesos más sórdidos (cuando Michi y Felicidad recuerdan que por orden del padre tiraron al río una camada de perros), cómo se cantan las cuarenta a la cara como quien lee la lista de la compra. Una familia a todas luces patológica, con un tejido de relaciones anómalas y envuelta en un claro aire de decadencia. Porque si algo se trasluce en la película, es la decadencia. No sólo por las extrañas declaraciones, sino por los escenarios escogidos (la vieja casa del pueblo en la que vivieron los momentos más "felices", pero ya en preruina). Además, está la extrema y extraña lucidez con que contemplan el devenir de la historia familiar, que les lleva a saberse una vía muerta, el final de una raza: 





Una película estremecedora. Y al final, la sensación de que con cualquier familia se podría hacer un documental similar (a lo mejor no tan extremo, pero sí aderezado con sordideces, medias verdades medio aceptadas, secretos y mentiras).

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ni hablar de "serios"

Detesto que me inviten a una fiesta y que en realidad sea una reunión de pseudointelectuales que tienen la clave de bóveda del mundo y que piensan a golpe de calada y gin-tonic. Odio la condescendencia de los que se piensan dueños de la verdad y te miran lastimeramente si creen que estás muy por debajo de ellos por haber hecho un chiste sobre uno de sus sacrosantos temas preferidos. Asimismo, desprecio la pose cultureta de Nit de l'Art, Noche en Blanco o como quiera que se encarne en distintos lugares. Nunca entenderé la seriedad, y creo que el auténtico sabio debe ser jovial y saber reírse. Nada de pesadez, ligereza, batir de alas es lo necesario. 

martes, 21 de septiembre de 2010

Tirios y troyanos

Resulta sorprendente la facilidad que tiene el personal de formarse una opinión completa y según ellos certera de cualquier cosa a partir de unos pocos datos. Leemos un artículo de unos párrafos, y acto seguido ya tenemos en nuestra mente el cuadro completo y, lo que es peor, la solución a los problemas que se plantean en él (esa es otra, siempre vemos a algún culpable detrás). Y que a nadie se le ocurra cuestionar nuestras posturas, que automáticamente queda señalado como lo peor y más erradicable del mundo. 

No voy a negar que el hacer juicios rápidos y sumario sea de lo más humano, pero conviene quitarles un poco de hierro y aceptar que puede haber otras visiones sobre lo mismo. Que a veces parece que nos va la vida en la inmortalidad del cangrejo viejo, y luego, en los temas importantes, no somos ni la mitad de vehementes y apasionados. Y así nos va...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Ponte en mi lugar

"Ponte en mi lugar", "lo que pasa es que no te pones en mi lugar"...  es algo que se dice en una discusión, y quien lo dice pretende asestar una especie de golpe definitivo al contrincante, dejando evidente que si opina lo que opina es porque no se puede poner en tu lugar, que es, obviamente, el correcto, el que da la perspectiva diáfana desde la que analizar el asunto. Bien, sí, pero a falta de que quede claro si es cierto o no, lo que es evidente es que el que lo dice es el que no está en el lugar del otro. Se mantiene la brecha, no acercamiento posible.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Reconciliación

Si se quiere poner de acuerdo posturas irreconciliables, nada mejor que buscarles (o crearles) un enemigo común, cuya virulencia y amenaza sea proporcional a la distancia entre posturas (políticas, religiosas...)

sábado, 18 de septiembre de 2010

40 años sin Hendrix

Se cumplen hoy 40 años de la muerte del guitarrista zurdo que maravilló a sus contemporáneos y ha seguido deleitando a los que vinimos después. A propósito de esta efeméride, vamos a mirarnos un poco el ombligo para recordar que Jimi Hendrix y su banda tocaron una única vez en España, y que fue precisamente en Palma, el 15 de julio de 1967, en la inauguración de la sala Sgt. Pepper's. Pocos fueron los que lo conocían por estas latitudes, ya que entonces sólo había grabado su primer disco y las peculiaridades políticas y musicales del momento nos mantenían al margen de lo que se movía en el mundo. Pero sí, estuvo aquí, y rompió el techo de la sala con la guitarra en los ensayos (de forma accidental), y se quedó todo el mes de julio por la isla. 

Para ilustrar esta entrada narcisista, una canción suya en la que se habla de España:


viernes, 17 de septiembre de 2010

Hoy, cita lesbiana

La cita de hoy es en la sala Cultura Club (hubo una época, antes de cambiar de ubicación, en la que me encantaba ir allí), que está de aniversario y por ello han montado un festival de tres días. Aunque los tres tienen cosas interesantes, y ante la imposibilidad de ir los tres días, me decanté por hoy, que actúan Love of lesbian. Se trata de uno de los grupos más interesantes del panorama nacional actual (vamos, de los que más me interesan a mí, no nos confundamos), que practican una curiosa mezcla entre melancolía y delirio, desamor y  frikismo. Y además son de esos grupos de directos memorables, por lo que cuentan. De esos de cantar, brincar y hacer el ganso. Desestresantes y catárticos. Sólo ver la forma en que terminan sus conciertos, con play-back, coreografía chorra (¿una forma de ironizar sobre los grupos que hacen coreografías?) e inmersión entre el público, me entran ganas de dar unos cuantos saltos:


Espero no lesionarme...

jueves, 16 de septiembre de 2010

El valor del texto original

En casi todos los estudios se da un hecho muy peculiar, consistente en que la disciplina en cuestión tiene unos autores y teorizadores principales, de los cuales se dan algunas pinceladas, pero a los cuales se acude poco. Me explico. Te resumen las doctrinas y aportaciones principales, pero en pocas ocasiones se tiene la oportunidad de estar cara a cara con los textos originales. Todo funciona a través de manuales y recopilaciones de comentarios. Incluso, si el profesor es un buen profesor (algo cada vez más infrecuente) y se ha leído él mismo los textos originales, lo que vuelca en el alumnado es su lectura, su interpretación. Por eso es conveniente reivindicar el valor del texto original, que debería ser siempre la fuente primera, y luego, una vez leído, pasearnos por los comentaristas, más como refuerzo y sugerencia sobre lo leído que como sustituto. Y sí, ya sé que los textos son muchos y no hay tiempo para acceder a todos, que sería una locura, pero para eso está el profesor, para escoger los textos y fragmentos principales o más importantes, a partir de los cuales hacerse una idea de lo que el autor pretende decir. O eso, o no querer abarcar grandes bibliografías y centrarse en un aspecto concreto, que ya se sabe aquello de que quien mucho abarca poco aprieta.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Coreografías en Auschwitz

Ya he hablado en algunas ocasiones acerca del Holocausto aquí. Es un acontecimiento histórico que me interesa. Hoy lo traigo de nuevo a raíz de la polémica que ha suscitado un video, en el que el señor Adolek Kohl, superviviente de Auschwitz, regresa con 89 años y sus nietos a los lugares en los que padeció. En principio, nada llamativo. Si no fuera porque en el video todos se marcan unas coreografías a ritmo del I will survive de Gloria Gaynor. 

No caeré en los aspavientos de los que se rasgan las vestiduras y apelan al respeto a las víctimas, entre otras cosas porque el protagonista es una de ellas (que tuvo la suerte de sobrevivir). Y entiendo que otros supervivientes se hayan molestado. Pero, reconozcámoslo, tampoco hemos de dejar que nos digan cómo tenemos que sentir y actuar (la verdad, no sé qué puede llegar a ser más hipócrita, si el gesto compungido por decreto o la alegría del superviviente que danza sobre el lugar de sufrimiento).

Comprendo la polémica, pero no dejo de admirar a este señor, que tiene el valor de volver a un lugar que no le debe traer ningún buen recuerdo y ponerse a bailar (él dice que se sentía alegre por poder estar allí con sus nietos). ¿Lúcido sentido del humor, o demencial frivolidad? Yo les dejo el video, juzguen ustedes mismos:

martes, 14 de septiembre de 2010

Mis trabas

Te presentan, o por algún extraño azar conoces a alguna chica. Por norma general, se despliegan las plumas y se adopta alguna pose "interesante", sobre todo si la moza en cuestión es mona. Cuesta hacerse el interesante, por eso buscamos ítems críticos que nos espoleen a seguir o a desistir para invertir bien nuestras energías. En mi caso, hay dos cosas que hacen que pierda el interés súbitamente, y tienen que ver con los gustos. Como les guste la salsa (escucharla y/o bailarla) y/o Sexo en Nueva York (no un gusto moderado, entiéndaseme, sino que sean "fans" y se crean o aspiren a ser como sus protagonistas, que ya me he encontrado con unas cuantas de estas), pierden todo el crédito, y voy a sabotear cualquier intento de acercamiento por su parte. Qué le vamos a hacer, para según qué cosas soy muy intolerante, más que nada porque a veces algunas nimiedades las interpreto como grandes síntomas.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Pedaleando sin moverme

Ahora me ha dado por hacer spinning. Tengo un verano vigoréxico, aznariano, y no me ha bastado con salir algunos días a quemar kilómetros en la carretera (en realidad, en el carril bici que bordea la bahía). Pedalear se ha convertido en un vicio, y aunque bajo techo no ves paisaje, cunde más, ya que no hay semáforos, ni tráfico, ni peatones que te hagan parar y perder el ritmo. Se suda y se sufre mucho (las agujetas tras la primera sesión fueron antológicas y me duraron varios días), pero el subidón de endorfinas es considerable. Y la cosa mejora si por ejemplo te toca tener a la señorita de la foto delante (porque tengo la costumbre de colocarme en segunda fila). 

La única pega que le pongo es la música que nos ponen. Vale que el chunda-chunda puede venir bien para marcar un ritmo de pedaleo enérgico, pero no es lo que más motiva, al menos a servidor. No sé si existe algún estudio al respecto, pero si las vacas dan mejor leche si les ponen a Mozart, yo pedaleo mejor con Aerosmith que con Lady Gaga. Comprobado. Pero puede que sea algo subjetivo...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Eufemismo suicida

No sé si se habrán dado cuenta, pero cuesta mucho hablar del suicidio. Ni los suicidas lo anuncian (por norma general, el que va amenazando con matarse no lo hace), y luego los familiares lo ocultan, como si fuera una deshonra para ellos que alguien haya decidido poner fin a sus días. Cuando la cosa afecta a alguien famoso o simplemente conocido, se complica, porque entonces empezamos con los eufemismos. Normalmente no se habla a las claras, y en las informaciones quedan muchas lagunas, o simplemente, hacen que parezca un accidente. En raras ocasiones se habla de suicidio a las primeras de cambio, y no pocas veces es el tiempo el que atenua los velos y facilita que se sepa que alguien se mató.
 
Como excusa, se apela a un supuesto efecto mimético que habría que evitar (efecto que no se teme en otros casos, como en el de la violencia doméstica, que se cacarea a los cuatro vientos y se llevan y publican exhaustivos recuentos de víctimas).  Curiosamente, se reserva el calificativo de suicida para los terroristas, quedando como algo exótico y alejado, extremo y perturboide. 

Estas breves pinceladas vienen a cuento de uno de los casos producidos en los últimos días: se suicidó un empresario en un acantilado. Es el segundo empresario mallorquín que lo hace en los últimos meses, que se sepa (curioso, del primero nunca se dejó claro nada, aunque todo el mundo lo pensó, pero ahora, con algo de tiempo por medio y sin más, ya se admite a las claras que fue un suicidio). Lo llamativo no es esto, sino cómo lo trató la prensa: como era muy evidente y no podían sospechar de un accidente, hablaron de una "muerte voluntaria", que es lo mismo que un suicidio, pero no es igual...

sábado, 11 de septiembre de 2010

La voracidad del mercado

Si la economía de mercado es invencible es por la tremenda capacidad de fagocitación y banalización que posee. Todo lo convierte en mercancía. Incluso lo que en apariencia y principio estaba hecho en contra suya. O no duda en criticar algo para luego usarlo para sus fines. Es la máxima aplicación práctica del "si no puedes con ellos, únete". Un par de botones: 

-Tal vez el caso más evidente y sangrante: convertir al Che Guevara en un icono que imprimir en camisetas, banderolas, pegatinas... que se pueden conseguir por un módico precio. Lo triste es que haya gente que usándolo se crean que están haciendo la revolución (así es como han acabado con supuestos movimientos contraculturales como los hippys, que al final puede que pretendieran hacer revoluciones, pero que también estaban llenos de ingenuidad, como ha quedado demostrado con el tiempo). 

-Cuando los Kinks sacaron su single Lola en 1970, tuvieron que cambiar la letra porque nombraba cierto refresco de cola de secreta fórmula y eso no sentó bien a la compañía (habrase visto, nuestro producto mezclado en una canción que habla de relaciones con travestis, quita quita). Más de 30 años después, esa canción sirvió de fondo para un anuncio de dicho refresco.

-El otro día entré en los grandes almacenes del triángulo verde (lo hago habitualmente, es una forma de evitar dar toda la vuelta a la manzana), y cuál fue mi sorpresa cuando sonaba por la megafonía, a todo volumen, el God save the Queen de los Sex Pistols. Llegué al final, cuando el señor Vicious vocifera repetidamente uno de los lemas del movimiento Punk: No hay futuro. Supongo que el mensaje era que, como no hay futuro, compremos, ya se sabe "a comprar que el mundo se va a acabar". En qué ha quedado el Punk, sonando en las megafonías de los grandes almacenes seguido de Enrique Iglesias.

En fin, como se ve, el capitalismo convierte a sus supuestos enemigos (habría que ver hasta que punto estas rebeldías lo son en realidad, claro). Es una muy buena estrategia, si no fuera porque asegura que a la larga, la debilidad y la decadencia llegarán desde dentro.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Arcade Fire. We used to wait

Hay discos de esos que a la primera no te entran, que incluso te disgustan. Pero si les das varias segundas oportunidades, crecen y crecen. Es el caso de lo último de Arcade Fire, titulado The suburbs, que huele a clásico por los cuatro costados (no porque suene a antiguo, sino porque tiene pinta de que será uno de esos trabajos que se recordarán y aparecerá en las listas de imprescindibles de este principio de siglo). Arcade Fire son un grupo raro, inesperado en cierto modo, un fenómeno espontáneo que ha ido creciendo por el boca a boca (y la ayuda de David Bowie, que quedó maravillado al escucharlos) y que ahora mismo tiene rendidos a los medios. Y aunque ahora mismo estén en la cresta y hayan sido entronizados, no parece que vaya a ser un bluff momentáneo (el entusiamo mediático sí, ellos no), porque llevan tres discos a cuál mejor. Creativos y clásicos, experimentales, histriónicos, épicos, todo esto son Arcade Fire: 




El videoclip original de esta canción es toda una revolucionaria obra de arte digital, irreproducible aquí. Si quieren verlo, visiten The wilderness downtown, introduzcan su calle (o la calle que quieran, y disfruten del video. Espero que les guste.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Todos somos funcionarios

A raíz de la rebaja de sueldos a los funcionarios se han podido escuchar muchas burradas. El tópico viene subrayar la vagancia y el desinterés, supuestamente en contraste con la empresa privada, que según esta maniquea visión reúne todas las virtudes que complementan a los vicios funcionariales. La cosa huele a publicidad, a comecocos para que no tengamos tan en cuenta las actitudes de la gente que no trabaja en lo público. Pero sin negar que entre el funcionariado haya pájaros de mucho cuidado, no es menos obvio que fuera de él la cosa no cambia mucho. 

He tenido la oportunidad de comprobarlo en numerosas ocasiones, pero en los últimos tiempos, visto lo que he tenido que aguantar (porque sí, yo también soy funcionario), me fijo más en estas cosas, y la verdad, en todas partes cuecen habas. Y me parece que muchas de esas quejas (algunas con razón, ojo), no son más que una forma de desviar la atención de las culpas que muchas gentes cargan. Al menos en España, donde me parece que la vagancia no es cosa solo de funcionarios...

Por un lado, da rabia. Pero por el otro, me gusta que sea así, porque he disfrutado de decirles a un par de gente "luego diréis de los funcionarios",  que es algo que parece que duele mucho, casi tanto que automáticamente, por decir que trabajas en el sector público, ya te encasillen como vago, parásito y oportunista.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Las discordia de las sandías

Ahora que las fiestas se hacen para atraer a turistas y gentes de poblaciones vecinas, se ha instalado entre los consistorios un furor por hacer el acto más espectacular, vistoso y/o divertido. Sea como fuere, hay que reunir al mayor número de gente que consuma y/u ocupe plazas hoteleras. Como la gente joven es más impulsiva, irracional y borrega (en el sentido de que tienden a agregarse en grandes masas), hay que hacer cosas que estimulen a la juventud. Y como las verbenas tradicionales están muy vistas, hay que ser originales. Así, podemos ver cómo proliferan las verbenas temáticas (por aquí son muy populares las "estudio 54", de romanos, medievales...) y, como momento álgido de desfase, las batallas campales en las que los participantes se lanzan objetos (preferentemente productos del campo). Supongo que inspirados por la tomatina de Buñol en Valencia (que es algo que hace tan sólo algunas pocas décadas que se celebra), han surgido en los últimos años algunas batallas peculiares, como la de avellanas de Ciutadella o la de uva de Binissalem. Pero si se trata de competir, la victoria por goleada se la llevan en Vilafranca, donde la emprenden a sandiazos desde hace un par de años. Si la cosa cuaja y se convierte en una "tradición", los otros pueblos lo tendrán difícil de superar, aunque desde aquí sugiero la batalla de cocos. Todo sea por atraer turistas y divertirse.

martes, 7 de septiembre de 2010

Kiliedro: Tsutomu Yamaguchi

Este mes de agosto de 2010 se han cumplido 65 años del lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Más allá de las diversas pruebas con este tipo de armamento, son las únicas explosiones ocurridas en el desarrollo de una guerra hasta el momento. Se calcula que murieron en torno a 200000 personas en la explosión y los días posteriores, y resulta difícil saber la gente que ha muerto a consecuencia dela radiación que recibieron durante ese tiempo, que les provocó cánceres, leucemias y otros problemas de salud. Además, hay que tener en cuenta los niños que nacieron con deformidades y alteraciones por la radiación. En total, un sinnúmero de víctimas que sumar a los millones de individuos que padecieron en sus carnes los efectos de la segunda guerra mundial. De todos ellos, los que sobrevivieron de forma directa a las explosiones nucleares tienen un reconocimiento especial. En Japón los llaman Hibakusha (persona bombardeada), y los cálculos afirman que existen o han existido en torno a 360.000. El gobierno japonés reconoce a estos Hibakusha con una pensión, cubriendo los gastos médicos que su condición genere, así como los costes de sus funerales. 

lunes, 6 de septiembre de 2010

Frente a la propia nada: actividad y aburrimiento

Nada es tan insoportable para el hombre como estar en pleno reposo, sin pasiones, sin quehaceres, sin divertimento, sin aplicación. Siente entonces su nada, su abandono, su impotencia, su vacío. Inmediatamente surgirán del fondo de su alma el aburrimiento, la melancolía, la tristeza, la pena, el despecho, la desesperación.

Blaise Pascal. Pensamientos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Paseando por Palma: Jaime III, tres discordancias

Hacía tiempo que no salía a pasear por la ciudad, a recorrerme el centro con mis auriculares y la música a tope. Ya había olvidado la cantidad de cosas curiosas que se pueden ver. A modo de ejemplo, tres estampas consecutivas en una de las calles comerciales más populares y transitadas de Palma: Jaime III. Se trata de una calle porticada en la que abundan las tiendas y boutiques de lujo. Las grandes marcas se acumulan ahí, con sus escaparates casi vacíos y sus precios desorbitados (son tiendas de esas que con una venta que hagan al mes, ya tienen beneficios). La gente pasa de largo, o se para curiosa a contemplar los trajes y vestidos que nunca se pondrá. A pesar de esta profusión de lujo, la calle es bulliciosa, posiblemente porque al final hay un popular centro comercial (de esos que antes eran Galerias Preciados y ahora es otra cosa). 

Jaime III es una cuesta, y el otro día, a toda velocidad, bajaba un mendigo corriendo, manejando un carrito de compra repleto de cartones y bolsas. El tipo en cuestión llevaba tan sólo un pantalón corto (en realidad, unos bañadores) sucio y ajado. Me dio tiempo a ver que su abdomen estaba repleto de cicatrices (¿navajazos?) . La gente se apartaba para no ser atropellada por aquella extraña aparición que contrastaba en alto grado con el entorno. Fue algo perturbador. 

También perturbadora fue la escena de unos pasos más arriba: un grupo de turistas vestidos de esa horrenda manera que sólo los turistas tienen. Pantalones estridentes , sandalias con calcetines blancos, camiseta de algún equipo de fútbol, gafas de sol no menos estridentes que los pantalones, peinados (o despeinados, era difícil de distinguir), un helado y un plano en las manos. En esta tierra tan turística estamos acostumbrados a las excentricidades de los visitantes, así que imagínense ustedes cómo sería la estampa de esa gente para que llamaran la atención de servidor y de varias personas más, que no podían evitar girarse al ver aquello. 

Finalmente, la tercera visión que contemplé en esa calle, ya hacia al final. Una pareja de ancianos. Muy ancianos. Cogidos tiernamente de la mano. Les costaba caminar, daban pasos cortos e inestables, arrastrando los pies. Parecía como si lo único que les mantuviera en pie fuera el apoyo del otro.  Se les veía débiles y frágiles, siendo el nudo que entetejían sus manos lo único que transmitía fuerza. Lentos, todo iba más rápido que ellos. Eran como una isla de lentitud en medio del bullicio. Pero lentitud serena. Se intuía mucho cariño en ellos, ese que sólo se alcanza tras haber compartido toda una vida y superado muchos contratiempos. El primer impulso fue acoplarme a su ritmo y seguirlos un trecho, para ver si algo de la calma que transmitían se me pegaba, pero decidí adelantarlos y no perturbar el pequeño quantum de serenidad que emanaba aquella tarde jaime III. Eso sí, no pude evitar volver la cabeza y contemplarlos cuando les hube rebasado.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Vacacional

Te vas de vacaciones, y como la gente siente la necesidad de caer simpática y parecer agradable, hacen como que se interesan por ti: 

-¿A dónde vas a ir?
Entonces he de dar explicaciones sobre mi escasa costumbre de viajar (¡anatema!) y el valor y la importancia que para mi tiene el ocio, el no hacer nada especial y vacar a mis pensamientos, mis libros, mis músicas, mis cosas, sin estar pendiente de relojes, billetes, traslados y demás estupefacientes. 

Qué le vamos a hacer, soy raro y tengo un punto ermitaño que me lleva a reconcentrarme cuando a los demás les da por expandirse.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Persistencia de la mentira

Vale, bien. A los niños los mantenemos a base de mentiras. al hacernos mayores, las descubrimos, y con ese trasfondo tenemos un contraste con el que nos creemos dueños de la verdad. La cuestión es: ¿en qué nos mienten a los adultos?. Posiblemente nunca lo sabremos (tal vez en el futuro sepan en qué nos mienten hoy, como sabemos nosotros algunos engaños del pasado). El único consuelo es que alguien debe haber que sepa la verdad, aunque podría darse el caso de que estemos tan autoconvencidos que estemos en un círculo de mentiras autocreadas e indudables.

jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Pinchar sin aguja?

Siguiendo con el asunto de las mentiras que endosamos a los niños, una de las más traumáticas es el "no te dolerá", que a veces adopta la forma de "te pincharán sin aguja" o "te pincharán con agujas que no duelen". Personalmente, es de las que más me molestan, en la medida en que trabajo con niños y con agujas. Por norma general, ese discurso es más propio de madres y abuelas, y los profesionales nos callamos por aquello de que quien calla otorga. Pero a mi me gusta no engañar a los niños con estas cosas, y aunque haya por ahí una doliente madre que le jure a su retoño que no le vamos a hacer daño. Si le voy a hacer daño, yo se lo digo. Pero no por placer sádico, sino por ganarme la confianza de la criatura. Si es lo suficientemente grande para poder razonar con él (y con buenos modos lo hacen muy pronto) se le explica que lo que se le va a hacer es molesto, pero que si colabora y no nos lo pone difícil, será más rápido y por lo tanto el sufrimiento pasará antes. En muchas ocasiones funciona mejor que las "agujas sin dolor", con las que el niño te viene confiado (si se lo ha tragado, que ocurre poco, porque no son tontos) y luego la reacción al dolor es explosiva, ya que no se lo esperan. Y es que por lo general es mejor ir con la verdad por delante, al final te lo agradecen y te ganas su confianza, y eso es importante a la hora de entablar una relación terapéutica.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las raíces del blues

A menudo nos referimos al blues como raíz de buena parte de la música contemporánea. ¿Y las raíces del blues?. En tanto música afroamericana, se encuentran en la época de la esclavitud, en aquellas extensas plantaciones de algodón que hemos visto en tantas películas. Los esclavos habían traído de África sus músicas y rituales, pero la acumulación de generaciones en el nuevo continente fue haciendo que variaran, hasta alcanzar la forma de lo que se denomina la fife & drum music, a base de varios tambores y una simple flauta tocados monótonamente y de forma improvisada, recordando la percusión africana. He aquí un ejemplo: 




Pero este tipo de música sólo podían tocarla en los ratos de ocio y rituales, siendo buena parte del tiempo de los esclavos ocupado por el trabajo. En él la música estaba presente bajo la forma de las work songs (canciones de trabajo), simples melodías que pretendían con sus ritmos marcar la cadencia de las labores que debían realizar:


Las letras giraban en torno a temas religiosos (Moisés y la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud ocupaban un lugar importante) y a lamentos por su situación. En la vertiente sagrada, de ahí surgió el gospel, la del lamento desembocó en el blues al principio del siglo XX, con los negros ya liberados de la esclavitud y dueños de más tiempo de ocio, aunque empobrecidos y marginados, convirtiendo sus manifestaciones musicales en un canto de queja y lamento.