miércoles, 10 de junio de 2009

Palma decadente: Son Gotleu


Si a un palmesano se le cita Son Gotleu, lo más probable es que tuerza el gesto en una mueca entre despreciativa y divertida. Y es que Son Gotleu es uno de los barrios más peculiares y con mala fama de la ciudad. Para entender su carácter, hemos de remontarnos a los años 50 y 60 del pasado siglo. Era el inicio del boom turístico. Hordas de extranjeros acudían a la isla en busca de buen clima, playas y paisajes. Con ellos llegaron los hoteles y la necesidad de gente que les atendieran. Empezó la llegada de gentes que provenían de las zonas más desfavorecidas del país en busca de empleo, que aquí era relativamente fácil de encontrar. Y claro, había que darles un hogar, con lo que la ciudad empezó a crecer con rapidez. El Ministerio de la Vivienda se lanzó a construir viviendas protegidas, y lo hizo en determinadass zonas. Una de ellas fue Son Gotleu, que pasó de ser campo de labranza a las afueras de la ciudad a un populoso barrio obrero (tirando a las afuera, lo cual ha favorecido en buena parte su destino).

Los años fueron transcurriendo y llegó la crisis de los 70. La población había ido envejeciendo, y con ella sus casas. Además fue la época en la cual la droga entró de forma masiva en la sociedad española, encontrando en las nuevas generaciones un buen campo de cultivo. Entonces empezó a decaer el barrio y a ganarse la fama de peligroso. En los 90, todas las infraestructuras del barrio estaban en franca decadencia, lo cual provocaba que los precios de la vivienda y los alquileres fuera bajo, atrayendo a las clases más humildes, entre las que se contaban los inmigrantes recién llegados desde todas las partes del mundo. Desde entonces, el proceso de decadencia del barrio se ha agudizado: fincas cada vez más viejas e hiperutilizadas (no solo por años y años de uso, sino porque las familias numerosas son frecuentes), hiperpoblación, algunas bolsas de pobreza... Si a todo ello añadimos el tradicional recelo mallorquín hacia todo lo venido de fuera (por no hablar directamente de xenofobia, matizada y disimulada por la no menos tradicional costumbre de no alzar demasiado la voz y de no hacerse notar), es fácil comprender que Son Gotleu no tenga muy buen nombre.

Sin embargo, quien conoce el barrio le guarda un cierto cariño. Durante una temporada trabajé en el centro de salud de Son Gotleu, y tuve la oportunidad de conocer sus gentes y sus peculiaridades, así como de patearme sus calles (ya hace años de eso, y la memoria empieza a fallarme, pero hubo un tiempo en que me conocía casi todos los nombres). Tiene una vitalidad y un pulso que no se ve en otras partes de la ciudad. Constituye un microclima urbano en sí mismo. De día las calles bullen de gente. Los bares siempre están llenos, los comercios, con un aire añejo, siempre con clientela. Pero lo más curioso es la fauna que en sus aceras se da cita: ancianitas cargadas de bolsas, madres acompañando a sus hijos al colegio (hay unos cuantos por ahí cerca, y es lugar de paso de escolares), inmigrantes de incontables nacionalidades, yonkis, borrachines...

Sí, Son Gotleu es un barrio particular. Puede que sea cierta su aura de marginalidad, pero forma parte del especial encanto que este lugar tiene.

10 comentarios:

PENSADORA dijo...

Lo cierto es que todas las ciudades tienen su barrio "marginal" y, curiosamente, siempre estos barrios resultan una dulce amalgama de culturas, animación, movimiento...

No hay mejor lugar para la inspiración artística que la marginalidad y además, quienes no tienen nada o poco que perder son los más felices y esto lo demuestra la actividad de estos barrios.

Aquí en Güeskonsin tenemos el barrio del Perpetuo Socorro o mejor conocido simplemente como "el barrio" (vaya usted a saber por qué). En este barrio vive mi hermano, simplemente porque encontró un "chollazo" de piso, lo reformó a su antojo y allí vive encantado entre gitanos, inmigrantes varios y familias Güesketanas menos acomodadas. Ahora bien, mis sobrinas van saliendo bien avispadas y creo que es cosa del barrio donde viven y estudian.

El Pez Martillo dijo...

Un efecto que no debemos pasar por alto, y que pone algunas cosas claras, es la dispersión poblacional. En las zonas más concentradas (y esta clase de barrios lo es, por mil y un factores), es normal que ocurran más cosas (buenas y malas). En cambio, una urbanización de casas unifamiliares es mucho más aburrida (tranquila, dicen).

Yo mismo vivo en una zona bastante animada y variopinta, cerca de un mercado municipal y rodeado de chinos, sudamericanos, magrebíes... (con sus comercios, locutorios y demás parafernalia). Hay quien no le hace gracia, y es verdad que a veces pasan cosas desagradables, pero yo, como Ortega Cano, estoy muy a gustito.

PENSADORA dijo...

Ahí le ha dado amigo pez!. Yo vivo en el mismísimo centro de Güeskonsin y, aunque en realidad es zona pija, como ya se está empezando a envejecer las cosas están tomando un nuevo color de lo más interesante, como la mayoría de mis vecinos son muy mayores o han fallecido ya, sus hijos, alquilan los pisos a estudiantes e inmigrantes y no vea usted lo entretenida que está mi escalera últimamente, oiga que tan pronto tengo a un sudamericano en el ascensor como que tengo que bajar al séptimo a las seis de la mañana para que apaguen la música los estudiantes...

En fin...

Justicia dijo...

YO SOY VECINA DE ESTE BARRIO Y LA VERDAD, ES QUE SE A DEGRADADO BASTANTE A VENIDO MUCHA GENTE
MARGINAL Y NO HABLÓ DE LOS EMIGRANTES EN CONCRETO,SI NO GENTE VENDIENDO DROGA EN LAS ESQUINAS,AHI OCUPAS EN MUCHAS VIVIENDAS, DEBIDO A LA CRISIS MUCHA GENTE NO PUEDE PAGAR HIPOTECA Y EL BANCO SE QUEDA EL PISO Y PAGA TODOS LOS GASTOS ,ELLOS SE ENTERAN SOBRE TODO LOS DE ETNíA GITANA SE METEN DENTRO SIN PAGAR NADA Y ENCIMA TIENEN DINERO PARA HACER REFORMA INTEGRAL.ESOS PISOS SE CONVIERTEN EN SUPERMERCADOS DE LA DROGA.ASI QUE QUERIDO PEZ YO LO VIVO CADA DÍA LE TENGO CARIÑO AL BARRIO ,PERO NO ES LO QUE ERA.

Justicia dijo...

YO SOY VECINA DE ESTE BARRIO,LA VERDAD ES QUE SE A DEGRADADO BASTANTE HAY MUCHA GENTE MARGINAL Y NO HABLÓ DE LOS NEGROS, EN CONCRETO, SI NO DE LOS VENDEDORES DE DROGA
(MUERTE )EN LAS ESQUINAS LA GRAN MAYORÍA DE ETNIA GITANA, DEBIDO A LA CRISIS MUCHOS PISOS SON OCUPADOS POR ESTA GENTE SE ENTERAN QUE
ESTA DESOCUPADO Y ROMPEN LA CERRADURA,EL BANCO PAGA LOS GASTOS Y DE AQUI QUE LOS HECHAN PASAN AÑOS.LE TENGO CARIÑO AL BARRIO PERO QUERIDO PEZ RECONOZCO LO EVIDENTE NO ES LO QUE ERA.

Anónimo dijo...

me hace mucha gracia toda esta gente opinando cuando no tienen ni idea de lo que pasa en este barrio.. pero está claro, mientras la mierda no os salpique, continuareis con el discurso progre y de buen rollito para que seamos todos hermanos superchupiguay. ah, para el fenómeno del blog, lo de xenofobia la han protagonizado las hordas de inmigrantes, algunos españoles y otros (ahora) de otros paises que se han cargado la isla, ensuciado, destruido y cagado en ella, pasando por criticar todo lo que hay en la misma incluyendo los mallorquines, claro está. Qué bonito es criticar las posturas de unos sin pararse a pensar nada... sí, los mallorquines son unos xenófobos, y los peninsulares que vinieron aquí unos bárbaros salvajes e ignorantes.

El Pez Martillo dijo...

¿Y usted, apreciado anónimo, a qué grupo pertenece, a los mallorquines xenófobos, a los peninsulares bárbaros salvajes e ignorantes, o a las hordas de extranjeros? No me lo tome a mal, pero como usted bien dice, está muy bien criticar y repartir mierda sobre lo que se sabe sin tener ni idea de lo que se sabe (¿quién le ha dicho que no nos salpica?)). Si le parece que hay algo que no sabemos, la cosa es muy sencilla: explíquelo y ya veremos lo que opinamos. No se ayuda al ignorante llamándole ignorante, sino enseñándole lo que ignora.

Por lo demás, detesto el uso del término "progre", no por la palabra en sí, sino por el nivel al que queda el que la usa. Del mismo modo que me enervo cuando se acusa a alguien de "facha", el que se diga de alguien que es "progre", lejos de servir de insulto (puede que a alguien le enorgullezca ser así considerado), retrata al que lo dice. Y creáme, eso no me agrada, por lo que tiene de autodegradante.

Al menos justicia ha descrito algunas situaciones de lo que ocurre en ese barrio sin usar ese tono despectivo, lo cual es de agradecer y aplaudir.

Y no me marcho sin hacer una reflexión. Resulta que se hacen varios comentarios a la entrada justo el día después de la famosa pelea multitudinaria. Y ahora todo el mundo sale con el "se veía venir". Pues podrían haber avisado, ¿no? (en realidad sí que hace tiempo que hay gente que lo avisaba, y preparémonos para que ocurran más cosas de estas).

Cisne Negro dijo...

Hola Pez,
No sé si llegarás a leer este comentario si el blog no te avisa de ello.. Yo vivo en Son Gotleu. He vivido entre Son Gotleu y La Soledad casi toda la vida (a excepción de cuatro años en que mis padres se mudaron) y ahora he vuelto al barrio, en una humilde planta baja a dos manzanas de la plaza "de los altercados". Como siempre he vivido ahí, entiendo los recelos y sé qué partes son más "peligrosas" y cuáles no. Sin embargo, sólo me han atracado una vez, y fue cuando tenía 13 años y los energúmenos fueron dos gitanillos.
Le tengo cierto cariño al barrio porque siempre he vivido aquí, pero no quiero quedarme aquí para siempre. El problema no es como dice el anónimo de arriba que si los gitanos, los moros o los negros (tengo una iglesia de cada a menos de una manzana a la redonda), el problema de este barrio es el incivismo: el ruido, la suciedad, la gente que no respeta a los demás, que no usa los contenedores como toca, que pone la música a todo trapo... Y cuidado con quejarte. Si la gente supiera convivir, Son Gotleu es un barrio hasta bonito para vivir.

Cisne Negro dijo...

Lo que quería decir es que no hace falta ser de otra raza para ser incívico. La gente que no respeta a sus vecinos aquí no tiene distinción.

El Pez Martillo dijo...

Por suerte, Cisne, tengo activado el aviso de comentarios, así que me entero de todo lo que se dice en mi blog. Haces hincapié en una de las ideas de la entrada, que Son Gotleu es hasta entrañable, con todas las pegas que tiene (que puede que hasta contribuyan a esa entrañabilidad).

Yo vivo muy cerca, y tengo parientes y amigos que viven allí, así que algo de la realidad del barrio conozco (a parte de haber currado en su centro de salud hace años).

De los comportamientos incívicos hay mucha tela que cortar y debería estar la cosa más controlada, pero es cierto que en el caso de Son Gotleu las autoridades lo tienen algo abandonado, y claro, pasa lo que pasa.