martes, 20 de enero de 2009

El despertador y yo


Entre mis numerosos superpoderes, se cuenta el de no necesitar despertador. Me tenga que levantar a la hora que me tenga que levantar, prácticamente siempre me despierto unos minutos antes. Y no es una cuestión de costumbre, ya que, al trabajar por turnos, tengo unos horarios de sueño bastante irregulares. Incluso ahora, que estoy tomando antibióticos, me despierto de madrugada a la hora que me toca tomar la cápsula, sin necesidad de tener que poner el despertador para ello. De todos modos, no me confío demasiado, sobretodo cuando se trata de ir a trabajar, y por si acaso no me despierto, siempre programo la hora a la que el maldito aparato me ha de despertar. Aunque, la verdad, ya ni me acuerdo de como suena.

2 comentarios:

PENSADORA dijo...

JEJEEJ! a mí me pasa lo propio, pero precisamente por el motivo contrario. Tengo un horario constante y estricto, así mi cuerpo tiene ya el bioritmo acompasado y siempre me despierta a la hora exacta, ahora bien, yo le hago poco caso y suelo darme la vuelta y reconciliar el sueño otra vez para dormir aunque sean 10 minutitos más, hasta que suena el despertador. Soy una auténtica marmota.

Por cierto, buenísima película, no recuerdo el nombre ¿el día de la marmota? o algo así?.

El Pez Martillo dijo...

O sea, que eres de las que se ponen el despertador un poco antes para poder qudarse un poquito más en la cama. No veas lo bien que sienta eso de quedarse remoloneando, pero yo sólo lo hago cuando puedo (cuando no tengo nada que hacer).

La película la llamaron "Atrapado enel tiempo", aunque el título original sí que era "El día de la marmota".