viernes, 7 de noviembre de 2008

Maestros


En la vida se tienen muchos profesores, pero muy pocos maestros. Me refiero a esas personas que no sólo traspasan conocimientos, sino que, de algún modo, modelan algo en nostros, contribuyendo en nuestra formación como personas (detesto la visión de la educación como mera preparación académica para desempeñar una profesión y "ser útiles").

Supongo que todos podríamos nombrar a alguno, puesto que siempre hay alguien que hadejado su sello de una forma más profunda y memorable en nosotros. En mi caso son tres los que destacan por encima de los demás. El primero despertó en mí el gusanillo ideológico y político, el típico profesor enrollado, rebelde y joven que tanto impresiona a las mentes juveniles. El segundo llegó sólo dos años después, y él fue el que sembró la semilla filosófica, que supe regar y cuidar hasta que le llegó la hora de germinar. Y aquí es donde entra el tercero, el que, si bien ha llegado un poco tarde para participar en mi construcción personal, sí que ha influido notablemente en mis inquietudes intelectuales, en los temas que hoy por hoy me interesan en esto de la filosofía, y también en los autores que centran mis lecturas, lo cual no es poco.

A los tres, muchas gracias. Yo no sería quien soy sin vosotros.

PD: esto parece un discurso de esos de los Oscars.

2 comentarios:

PENSADORA dijo...

Discurso de oscar o no, es muy bonito que puedas recordarles con tanto cariño.

Como ya te imaginarás, para mí, el más influyente fue el mismo que me descubrió la peli de pink floyd.

Fue quien despertó ese gusanillo filosófico que también me roe de vez en cuando y quien me enseñó que "siempre se es libre, aunque no lo parezca".

El Pez Martillo dijo...

Me he cortado de poner nombres, que me consta que a alguno de ellos no les gusta nada que los citen por ahí, pero quien me conozca, e incluso ellos mismos si lo leen sabrán quienes son.