martes, 4 de noviembre de 2008

La senda de la mala leche


Hay gente agriada, que no parece destilar más que desprecio hacia los demás, abusando de frases cortantes e incluso descalificaciones. Supongo que todos tenemos días así, o por lo menos algún momento. La gracia del asunto está en que sea algo limitado en el tiempo, y que sepamos y podamos con otros comportamientos compensar a los que nos han padecido en los "malos días". Así se antiene un cierto equilibrio y a la postre son posibles las correctas relaciones con el prójimo (que no son más que un continuo toma y daca).

Sin embargo, algunos, cegados o creyéndose los reyes del mambo, adoptan una continuada actitud amargada y amargante. Y no se dan cuenta de que con ella están poniendo a rodar la bola de nieve que puede acabar con algunas de sus relaciones e incluso con todo un ambiente determinado (familiar, laboral...), desequilibrando todo lo que, en realidad, se mantiene en una precaria estabilidad, merced a toda una red de más y de menos. En estas circunstancias de amenaza, la clave está en los que saben mantenerse serenos y encajar los golpes del descerebrado. En los que tienen fuerza suficiente para parar el avance de la bola de nieve. Hay momentos en los que una sola persona puede hacerlo, pero puede darse el caso de que ni una multitud baste para evitar que la bola se convierta en alud. Y en el alud ya hay descomposición, y no todo es nieve, sino que hay otros materiales circulando. Materiales que pueden hacer mucho daño.

3 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Acaba de hacer una fidelísima descripción de una persona (o, más bien, personaje): el doctor House. No creo que pensara usted en él al escribir la entrada, pero es quien más rápido me viene a la cabeza.

shalom

(creo que le interesa una polémica nietzcheana de la que me he hecho eco en el subsuelo)

El Pez Martillo dijo...

Pues no pensaba en House, pero sí que me ha inspirado una colega suya. Lo que ocurre es que House es un personaje televisivo y tiene un guión, y cuando se plantean las cvosas ya se sabe lo que va a ocurrir. La vida real no es así.

Y si hemos de comparar con House, él al menos tiene destellos de genialidad, mientras que la que me ha inspirado no tiene ninguno (más bien al contrario).

Salud!

PD: a la polémica nietzschana la tendré que revisar a fondo en otro momento, que voy con prisas.

Johannes A. von Horrach dijo...

Yo lo decía precisamente porque usted es fan de House...