martes, 25 de noviembre de 2008

Discurso apasionado


Por norma general, y para la mayoría de la gente, a la hora de ser convencidos de algo, cuenta más la pasión y la vehemencia con que se hable, que las razones esgrimidas. Lejos de ser una carencia o una inconsciencia, tal vez se trate de un síntoma de los tiempos estéticos en los que nos ha tocado vivir, en los que cuenta más la forma que el contenido.

6 comentarios:

Tona dijo...

Estimado Pez,
Desde mi punto de vista, hay dos tipos de discurso, ambos tratan de movilizar las emociones.

Por un lado está el que busca generar esperanza, mueve valores solidarios, y nos proyecta hacia un mundo que no se corresponde con el que vivimos.

En el otro lado está el discurso muy bien estudiado, puro marketing (defensa medioambiental+voluntariado y solidaridad) todo para los otros, no sin cierto cinismo.

El primero busca alcanzar cotas de bienestar y de igualdad que a veces se corresponden con el café con leche para todos. El segundo es mucho más peligroso, ya que sólo busca un fin, poneos de mi lado que yo os daré lo que os merecéis.

PENSADORA dijo...

Una vez más, me rindo a su coherencia.

Lo cierto es que en los tiempos que corren se mira más el continente que el contenido, así de simple y lamentable. Ahora bien, que esto tenga algo que ver con la estética, lo dudo. Para mí, el plástico no es estético.

El Pez Martillo dijo...

¿Seguro que los dos tipos de discurso que dices, Tona, no son lo mismo? Yo desconfío de todo discurso de "buenas palabras".

Pens, digo lo de la estética no tanto porque sea más o menos bonito o porque tenga que ver con los acabados, sino simplemente porque entra por los sentidos.

Tona dijo...

Estoy muy segura que no es el mismo. Lo que si que puede ocurrir es que desde determinadas posiciones puedan parecer similares.

En nuestro país ha habido muestras claras de ello, especialmente entre políticos del País Vasco entre otros.

De todas formas tampoco creas que es discurso sea lo más importante. Si miras para un lado o para el otro, seguro que ves unas malas prácticas políticas habituales y sistemáticas, como si no fuera con nadie, y además éstas afectan a todos los niveles de la administración.
Me hace gracia con la hipocresía que enjuiciamos a los norteamericanos, al menos en su administración creo que tienen un nivel de transparencia mucho mayor.

El Pez Martillo dijo...

En cualquier caso, yo no hablaba de discursos políticos, sino del hablar en general, en la radio, la televisión, en el mercado...

Tona dijo...

Me condiciono usted con la imagen