domingo, 7 de septiembre de 2008

Confesiones


No me gusta presionar a la gente para que cuente cosas. Esto puede hacer que parezca frío y desapasionado, pasota en una palabra. Pero no es así. Considero que hay que dejar a cada persona su espacio y no entrar en él. Y si se entra, que sea porque te han invitado, no porque hayas forzado la cerradura. Así, que yo no pregunte a alguien por según qué cosas no es por falta de interés o porque no quiera saber nada, sino por puro y simple respeto. Y si quieren contar algo, seré el primero en atenderles y en estar allí y hacer lo que pueda (para lo bueno y para lo malo). Por lo mismo, soy muy celoso de mis cosas, y no me hace ninguna gracia que me estén acosando a preguntas. Si esto ocurre, lo más seguro es que me cierre en banda y no suelte prenda, y en cosas que a lo mejor no me importaría contar. Sin embargo, sin presiones, me puedo abrir fácilmente y con mucha sinceridad.

2 comentarios:

Eva al desnudo dijo...

es genial que sea asi, pero yo te invito

El Pez Martillo dijo...

Hola Eva, gracias por el comentario.

En cierta medida, el blog entero es un ejercicio de apertura y de velamiento. A veces soy sincero, y a veces no.

Saludos y no dudes en pasarte cuando quieras.