miércoles, 18 de junio de 2008

Visión periférica


Paseando por la calle hay algunos momentos que tienen su gracia. Como esos cruces de mirada con algunas caminantes. Algunas veces los buscas tú, y otras son ellas. En cualquier caso, durante unos segundos (o menos) se establece el contacto, y la marcha parece ralentizarse. A veces sólo es mirada, pero otras ésta se enriquece con una sonrisa, o un guiño. Es fugaz, pero estos encuentros alegran e iluminan el día.

Más allá de lo poético que tengan estos cruces afortunados, hay toda una serie de problemas que conviene evitar, y que están centrados en el sentido de la vista (que es lo que más interviene en ellos). No hace falta decir que el encuentro viene preparándose de lejos. No se trata de que, de pronto, tu mirada se encuentre con la de la otra, sino que ya desde la lejanía te has fijado en la otra persona, en su forma de andar, en su vestimenta, en su silueta..., en muchas cosas, en definitiva. Lo que ocurre es que para estos casos conviene tener la vista bien ajustada (gafas o lentillas bien graduadas), porque pueden haber sorpresas. Soy experto, por mi miopía, en valorar excesivamente bien de lejos a las mujeres, y luego, al acercarse y verlas mejor, resultar que son unos callos (aunque bueno, ya puestos, yo las miro a los ojos, también se merecen que alguien les alegre el día, aunque puede que ellas piensen lo mismo de servidor). También he divisado pibones en lontananza que luego han resultado ser travelos (a estos no se les mira los ojos, sino el paquete, y no por cuestiones de vicio, sino por ver si se les nota o no, si lo tienen bien recogido o para luego preguntarme cómo puñetas lo hacen para que no se les note, pura curiosidad intelectual).

Por otro lado, está la cuestión de los atavíos (o su ausencia). En verano resulta difícil mirarlas a los ojos, con esos tops, esos shorts y esos escoten que las féminas lucen. Aún así, no hay que jorobar la magia del momento cruce-de-miradas, y los tíos llegamos a desarrollar tanto nuestra visión periférica, que somos capaces de mirar a los ojos con cierta profundidad, pero en realidad estar más pendientes del canalillo. Además, hay que ir con mucho cuidado con la otra gente y con los obstáculos (esos pilones que están de moda para que los coches no se mediosuban a las aceras), porque queda muy ridículo que en medio de la intensidad del momento mirada, te des un trompazo contra alguien o algo.

En definitiva, salir a pasear implica riesgos, y es más fácil que algo salga mal que que salga a pedir de boca. Debería haber seguros para viandantes (y viandantas).

5 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Interesante tema, amigo Pez. Los paseos, en una isla mediterránea que vive del turismo, resultan una experiencia taquicárdica en verano. Si ya las indígenas no están mal (aunque sea unas bordes del copón), lo de las turistas (sobretodo si son 'ctónicas teutónicas') es de traca.

shalom

El Pez Martillo dijo...

Si sólo fuera al ir a pasear la cosa estaría bien. El problema es que uno ya no puede ir a ningún sitio: ni bibliotecas, ni bares ni pubes irlandeses (jejej) ni nada. Así no hay quien haga nada interesante, estoy barajando la idea de subirme a las montañas y meterme en una cueva, como Zaratustra.

PD: veo que ahora se identifica con todas las letras.

Johannes A. von Horrach dijo...

No, sólo estaba haciendo probaturas (para el blog de educación de UPyD). Vuelvo a mi identidad originaria.

PENSADORA dijo...

Jejeje! mire que me ha pasado a mí esto en más de una ocasión, con tozolón contra farola incluido, si es que soy una auténtica mirona!.
También he tenido que pegar algún brinco tras comprobar la profundidad de mirada hacia mi canalillo por parte de algún viandante salidorro.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo y perdon por la tardanza... pensé que se había grabado un comentario que hice hace tiempo. En fin, que me ha gustado el tema del que hablas y he hecho un pequeño comentario en myspace, ya sabes... Yo opino que las miradas dicen mucho, pero que una voz puede aún más... y sobre todo si va acompañada de una bonita sonrisa. ;)
Besitos!