lunes, 2 de junio de 2008

Mantis decadente


Era metódicamente despiadada aquella mujer. Tuve la suerte de poder librarme de ella. No fue fácil. Anulaba a los hombres, los ninguneaba, y encima se hacía la víctima. Así conseguía lo que quería, que no era más que un poco de poder, una cuota que le costaba mantener, porque sus presas, al principio ufanas por hyaber conquistado a semejante hembra, terminaban por huir. Entonces empezaba la caza. No paraba hasta eliminarlos. Su vida fértil dejó un reguero de cadáveres, de muertes repentinas e inexplicables que nadie investigaría (no tenían más nexo común que una rubia pequeña y con apariencia de no haber roto un plato) y en su mayor parte achacables a la naturaleza.

Yo ya la conocí al borde de la nada, cuando su poder se desvanecía pero aún latía con algo fuerza. En una noche de borrachera me confesó su desesperación, y en medio de esa desesperación, confesó sus crímenes. Yo me fingí más borracho que ella y me quité de en medio. Ahora se arrastra por los locales nocturnos más sórdidos, muy desmejorada, incapaz de seducir a nadie, embebida en alcohol, añorando los tiempos en que tenía poder, en los que era algo más que un recipiente para el semen de viejos borrachos incapaces de distinguir la mentira que se esconde en su edad.

Calculo que no le queda mucho. Le sigo la pista, para que cuando muera alguien le ponga flores, en nombre de todos aquellos que sucumbieron, y que a buen seguro la están esperando en el infierno pergeñando terribles tormentos.

2 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

aaay, esas ctónicas, ¿qué haríamos, y de qué hablaríamos, sin ellas, mecagondena?

Amigo Pez, ¿ha visto usted 'El cuarto hombre', de Paul Verhoeven (de su etapa holandesa)? Es una acojonante historia en la que un escritor, Jeroen Krabbé, conoce a una estimulante ctónica, creo que René Soutendijk. Resulta que los 3 maridos de la señora fallecieron todos en extrañas circunstancias y... En fin, hay que verla a la peli, que está muuuuuuuy bien.

saludos

El Pez Martillo dijo...

Sin duda, la vida sería más aburrida sin ellas.

No he visto esa peli de la que habla, la apuntaré.