sábado, 12 de enero de 2008

De himnos y otras hierbas


A la hora de escribir entradas, a menudo tengo dudas. Muchas veces quisier escibir comentando cosas sobre la actualidad, pero en seguida me retracto, porque prefiero hablar sobre otras cosas. Al fin y al cabo, mi opinión sobre los aconteceres cotidianos (la gran gran mayoría se habrán olvidado en unos pocos días) no le importa a nadie, ni siquiera a mí mismo (es más, en muchos temas, importantes según algunos, me abstengo de formarme opinión alguna). Pero como mi intención original para este blog era esta, hoy voy a dejarme llevar por la corriente de los que opinan. Y el tema estrella de estos días es la letra que le han inventado al himno. Curiosamente, medios enfrentados han coincidido en calificarlo de cursi y en augurarle poco futuro. Y es que no se puede instaurar una cosa así de un día para otro. Y menos que la gente lo adopte con fervor. Seguro que habrá quien se lo aprenda, y lo cantarán. Pero yo tampoco le veo mucho futuro a esto. Y si lo tiene, no me gustaría. Porque una de las cosas que tenía el himno era el de no tener letra, lo cual lo convertía en un raro ejemplar (desconozco si hay alguno más sin letra, pero debe de haber muy pocos). Y si hay que ponerle leytra, que sea algo más emotivo y belicoso, que no se pierda en autocomplacencias hablando de democracia y no-sé-qué (esto lo invalida totalmente para cuando, tarde o temprano, la democracia acabe, porque, y creo que pocos se lo han planteado: ¿cuánto van a durar las democracias?, yo no les auguro mucho más de un siglo a contar desde ahora). Los himnos han de enaltecer y preparar los ánimos para la batalla, no son tanto para convencernos de lo buenos que somos, sino para mostrarlo a los demás, para imponerles nuestra bondad si hace falta. Se han de poder cantar en el estadio y en el campo de batalla, y, en la medida de lo posible, han de acojonar. No entiendo un himno de otra manera. A lo mejor es por eso que España no se ha comido un colín en siglos, por que no austa a nadie, porque no es capaz de decirle nada a nadie (ni siquiera a sí misma) a través de su himno. Pocas cosas como el himno han reflejado lo que es España, algo bonito y tal, pero en cierto modo huérfano, falto de lo esencial.

Y para no marear más al personal con mis tonterías, ahí va mi idea de lo que debe ser un himno personalmente, me emociona más que los míos propios):



Y dejo también el artículo de la Wikipedia sobre el himno, en el que hay varias letras (ninguna de las cuales me gusta, difícil que es uno...)

3 comentarios:

Stones dijo...

A mi me parece bien que no tenga letra. Así podremos imaginarlo agerrido, o sensible, o monárquico o republicano. El lalalalalala cantado por muchos lleva implicito aquellos sentimientos que nosotros queremos darle. A mí me gusta tal cual está, sin música.

Besos señor Pez

Stones dijo...

Digo sin letra... Estamos bonitos!!!

Johannes A. von Horrach dijo...

Himnos que ponen los pelos de punta (en el buen sentido), amigo Pez:


el franchute: http://es.youtube.com/watch?v=sT51tW-htDM&feature=related

el inglés: http://es.youtube.com/watch?v=Ot8s4mJp1jU&feature=related

y el escocés, una monada: http://es.youtube.com/watch?v=XA6cnXFiE6I