martes, 5 de junio de 2007

Escatología


Siempre me ha llamado la atención cómo cosas diametralmente opuestas (al menos en apariencia) puedan ser designadas por la misma palabra. Uno de estos casos es el el del término "escatología", que básicamente tiene dos significados. El primero de ellos es el que en religión se refiere a todo lo relacionado con lo último, es decir, con la muerte, el cielo, el infierno, el Juicio Final, el fin del mundo... El otro significado es el que conecta la palabra con las funciones excretoras, con las heces, la orina, y en general todo lo desagradable. Muchas veces me he preguntado sobre el porqué de esta perturbadora coincidencia terminológica. Hasta que me dio por investigar. Y lo que encontré me aclaró un poco, ya que aunque son la misma palabra, su origen etimológico no es el mismo. El primer sentido, el religioso, viene del griego éschatos, cuya traducción sería último. El otro también viene del griego, pero de otro término diferente, skatós, que quiere decir excremento. La cosa se aclara un poco más al descubrir que por lo visto hay cierta discusión en torno a la pronunciación y escritura de esta palabra. Según algunos autores, el sentido religioso sería más correcto escribirlo esjatología, ya que la pronunciación de esa ch griega correspondería a nuestra j, permitiendo así una mayor distinción entre ambos conceptos. En cualquier caso, la coincidencia no deja de ser curiosa, y habría que ver si no es posible encontrar alguna clase de conexión entre los dos orígenes (no sería muy difícil, si tenemos en cuenta que el excremento es lo último que queda de los procesos de digestión y nutrición).

5 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Vaya. Pues yo pensaba (pero eso me pasa por no informarme antes... o por no recordarlo, que ahora que caigo, ¿no me contó este doble origen hace unas semanas?) que se trataba de un concepto 'pharmakón', es decir, que su significado era ambivalente. Gracias por la explicación.

R. Basar dijo...

El caso es que es habitual que la "chi" griega se vierta, en los derivados castellanos, como "c" o "qu" (con sonido "k"), como en arqueología o autóctono (que derivan de "arché" y "chton"). A fin de cuentas, aunque en castellano la pronunciación estándar sea como una jota, la que sería correcta de acuerdo al canon consistiría en un sonido "k" seguido de una aspiración. Esto los ingleses, por ejemplo, que tienen fonemas aspirados en su lengua, lo hacen al leer el griego clásico; recuerdo unas clases con el gran Torres Esbarranch en las que nos ponía cintas de anglosajones leyendo griego clásico en las que, efectivamente, pronunciaban los fonemas aspirados: espíritus ásperos, "chi", "phi" (que nosotros pronunciamos como una "f"), "th" (zeta o theta, "z" para nosotros) y demás.

Y en efecto, es un caso curioso el que ocurre con el término "escatología", muy bien presentado en tu entrada, amigo pez.

Johannes A. von Horrach dijo...

Hombre, el gran Torres Esbarranch, al que también tuve (¿1998? ¿99?). Era un poco penoso ver como las pijas mediocres y pedorras que se reían en su clase de este hombre entrañable y gran profesor.

El Pez Martillo dijo...

Pues no tuve el gusto de conocer a ese profesor. Yo sólo he conocido a un Torres...

Johannes A. von Horrach dijo...

... a Torres 'el Malo' :-)