sábado, 26 de mayo de 2007

Pasado y futuro


"El sustantivo 'emunah -amen es la forma verbal- con que se dice 'verdad' en hebreo viene de un tema cuyo significado primario es 'lo firme', 'lo seguro', pero referido sobretodo al orden personal: es la seguridad de un amigo, la firmeza de una promesa. Esto indica su orientación hacia el futuro: que el amigo será seguro, que la promesa se cumplirá. De aquí el significado del sustantivo 'emunah=confianza. Que de 'confianza' pase el vocablo a significar 'verdad' revela hasta qué punto el hebreo, como el asirio y el persa, no siente delante de sí el ser, la Naturaleza, sino una absoluta voluntad, algo más allá de todo ser que mediatiza y nulifica a éste. Es digno de nostarse cómo la expresión más técnica que se ve Aristóteles obligado a emplear para decir 'lo sustancial' de una cosa, por tanto, el más auténtico ser, es su extravagante término -un término que es toda una frase, la cual debe ser entendida como un nombre- 'ser una cosa lo que era'. El ser es para el griego, como arriba digo, un presente, pero cuando se le aprieta y se le va con ganas al cuerpo, resulta que es un pasado. Se trata de una óptica cronológica invitable, dada la idea griega del ser. La realidad que ante nosotros hay ahora -el presente- es, en parte, un pseudo-ser, lo accidental. Ese pseudo-ser es sólo ahora. no era antes: lo produjo una causa temporal o el azar. Pero tras él hay también ahora, por tanto, también en presente, el verdadero ser, la sustancia. Y ésta es lo que es ahora porque lo era ya antes, en un infinito pasado, desde siempre. El verdadero ser tiene el esencial carácter de un antes, un próteron. Por eso es principio -arché-, antigüedad. La ciencia de ser es... arqueología."

José Ortega y Gasset
Apuntes sobre el pensamiento, su teurgia y su demiurgia.

El texto llama la atención sobre la distinta orientación de los pueblos griego y hebreo a la hora de afrontar la realidad de lo ente. Para el hebreo, todo depende de la voluntad divina, que es la que ha creado todo lo existente. Por eso ese estar en el mundo se vuelca en el futuro, en la confianza en esa voluntad, en que vaya a cumplir las expecativas creadas por su promesa. El griego, en cambio, cifra esa confianza en el pasado, en encontrar el núcleo fijo que se mantiene tras el cambio y la inseguridad ante el presente y el futuro. En último término todo tiene su base en la creencia, en que la voluntad divina se va a cumplir y en que todo va a seguir como era, en que ese núcleo que se supone no vaya a cambiar. La fe en la base de ambos pueblos. Por eso han podido combinarse. Porque, aunque parezcan incompatibles, no debemos olvidar que nuestra cultura bebe de ambas fuentes, de la arquelogía y de la confianza en el futuro. La misma idea de progreso es una de las criaturas nacidas de la unión de ambas visiones.

2 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Muy interesante este texto del tío Gasset, gracias Pez; me viene bien para unas ideas sobre la verdad entendida como lo 'asegurado', lo 'consistente', y el Mal como lo indeterminado y lo no decidido. En hebreo hay otras expresiones muy interesantes en este sentido, ya colgaré algo en mi blog.

Discrepo con algún punto de su exégesis. Tanto el pensar griego como el hebreo (como todo pensar) surge de la escisión, y eso implica todo el escenario de desarraigo esencial y de pérdida ontológica que nos determina como sapiens/demens. Pero discrepo en eso del pasado griego entendido de forma temporal. Puede que haya algo de eso, pero creo que Gasset se refiere sobre todo a un 'antes' distinto que al temporal, ese antes de lo-que-siempre-queda-atrás, la previedad ontológica, por llamarla de una manera (ya sabemos que cualquier forma de referirnos a 'eso' es equívoca y reductora). En ese sentido, el pensar hebreo pretendería de forma más clara suturar la escisión llenando el vacío del Ser con una supuesta voluntad divina, cosa que el pensar griego no tiene tan claro, pues mantiene de cierta manera ese 'entre', esa ambivalencia fundamental que caracteriza a cualquier a la verdad ontológica, esa que nunca puede asegurarse ni fijarse positivamente.

shalom

PD: por cierto, amigo, ¿cómo ha conseguido este libro de Gasset? ¿Biblioteca?

El Pez Martillo dijo...

Ciertamente, me gusta más esa previedad de lo-que-siempre-queda-atrás, aunque en cualquier caso, no deja de ser un mirar atrás. Y lo que dice cuadra mejor con esa visión trágica que tenemos de los griegos, más apegada a la escisión, y gracias a la cual pudieron hacer todo lo que hicieron.

El texto lo tengo en casa, en las obras completas, y en realidad es una nota a pie de página que llamó mucho mi atención, por tocar algunos temas que nos son familiares.