jueves, 5 de abril de 2007

Jueves Santo especulativo


Camilo Sesto. Jesucristo Superstar. Getsemaní

Creo que todos conocemos bastante bien la historia de la Semana Santa. La llegada a Jerusalén de Jesús, discípulos y algunos seguidores más, el paresaamiento, la pasión, muerte y resurrección. Es lo que se conmemora estos días, coincidiendo con la Pascua judía. Pero tranquilos que no la voy a contar (para eso ya están las procesiones y las películas que estos días inundan la televisión). Sólo quiero reflexionar en torno a algunos asuntos que a mi me llaman la atención y que me parecen destacables.

El primero de ellos es el papel de Judas. La moralización imperante en la vida cristiana han hecho de él un personaje malvado y despreciable, apartadao de toda la historia, y que ha quedado como el malo más malo de la película. Pero si obviamos en la medida de lo posible los aspectos morales, nos encontramos con que la traición de Judas es la que pone en marcha la captura de Jesús y todo lo que vino después, por lo que resulta que Judas jugó un papel fundamental en eso que nos cuentan de que Jesús entregó su vida para nuestra salvación. Judas entraba dentro de los supuestos planes de Dios. Esto nos muestra cómo lo negativo es necesario y tiene su papel dentro de los asuntos tanto humanos como divinos. Si le quitamos las interpretaciones religiosas, la historia de Judas es una muy buena muestra de la naturaleza humana, que es capaz de traicionar lo que más apreciamos, y luego sentir pena y arrepentimiento por ello. Es una de las numerosas apariciones de lo negativo en toda esta historia (o del mal, si queremos seguir la óptica moral).

Otro de los momentos que más me interesan es la noche en Getsemaní. A parte de la consumación de la traición, hay aquí otro de los grandes momentos de la historia de la Semana Santa, cuando Jesús se aparta a orar y da muestras de miedo y reniega de todo lo que ha hecho, pidiendo a Dios que aparte de él el cáliz que le presenta. Aquí tenemos a un Jesús humano, demasiado humano, que teme ante el sufrimiento, que preferiría no tener que afrontarlo, incluso al precio de tener que desbaratar los supuestos planes de un supuesto Dios que supuestamente es su padre.

El triángulo de politica-influencias que se desarrolla entre Herodes, Caifàs y Pilatos. Un ejemplo de cómo los asuntos y los temores del poder pueden llevarse por delante vidas inocentes. Creo que no hace falta profundizar mucho en ello, tenemos ejemplos de esto casi a diario.

El furor sacrificial del pueblo, metido en la espiral del odio y de la manipulación desde arriba, que no duda en liberar a un asesino para ver colmadas sus ansias de sangre. Evidentemente, un sacrificio es mucho más efectivo si la víctima es inocente. Porque si es culpable, la cosa se convierte en justicia, y no aplaca a los dioses del mismo modo que si es el primero en pasar por ahí el que se sacrifica. No hay que olvidar que en ese momento los judíos celebraban la Pascua, que se suele conmemorar sacrificando corderos a Dios. Esta vez el cordero fue humano.

El papel de las mujeres. Mientras los discípulos, los que tanto habían amado a Jesús, están desaparecidos o en segundo plano, incluso negando su relación con el que llamaban Mesías, María y María Magdalena están ahí, al pie de la cruz, observando el padecimiento y la muerte, dando testimonio de lo negativo, sufriendo ellas también, pero afrontando lo que les ha tocado vivir.

Y esto me lleva a la cuestión, ya tocada con Judas, del papel de lo negativo. Aunque en Getsemaní hay un amago, comprensible y humano, de huida, al final Jesús da la cara y afronta el dolor y el sufrimiento. Lo negativo juega un papel, hay que asumir la carga del dolor para poder continuar, y hay que acerlo de forma valiente. Si hay que sufrir, se sufre, y se hace con cierta alegría, con el mínimo temor posible (que siempre hay alguno, es inevitable). Las dificultades nos elevan, en todos los niveles. Lógicamente, no sólo se trata de dolor físico, cualquier clase de esfuerzo es dolorosa, y hay que asumirlo si queremos llegar a algún resultado. Lástima que el tema de la resurrección y la promesa de un paraíso y una vida eterna sin sufrimiento desvirtúen esta enseñanza, haciendo que en el fondo siempre se esté esperando la desaparición del sufrimiento.

6 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Hola de nuevo. Estoy de matices hoy, pero la 'especulación' hegeliana hacía referencia al viernes, no al jueves (Fe y saber, página 164).

Tema Judas: a mí nunca me pareció que Judas fuera el personaje más censurable de la escenificación de la Pasión, pues al fin y al cabo él lo entrega no sospechando cuál sería el fin de Jesús (o eso me parece a mí). Lo que no me gusta, y el reciente descubrimiento del evangelio de Judas va por ahí, es que se vincule la actuación de Judas con una supuesta voluntad divina, pues esa interpretación lo que permite es exculpar, no sólo a Judas sino a todos los personajes negativos de la Pasión, de la responsabilidad de sus actos, quedando al final de todo esto la figura de Dios como el único culpable, pues todo formaba parte de su plan. Pero mi interpretación de los Evangelios no va por ahí: creo que la culpabilidad humana no debe ni puede excusarse bajo coartadas divinas (curiosamente esgrimidas por ateos), y que el único personaje totalmente inocente de esta historia es el profeta Yeshua. Como decía Simone Weil, los Evangelios, antes que una teoría sobre Dios, son una teoría sobre lo humano.

Johannes A. von Horrach dijo...

Más matices, es la guerra, jajaj:

Pez, yo no creo que Jesús reniegue de nada en Getsemaní. Duda y vacila, eso sí, porque en ese momento fluye su naturaleza humana en lo que tiene de deseo de permanenecia. La clave aquí, creo yo, es que Jesús no busca el sufrimiento, no es un masoquista, como lo retrata Mel Gibson en su Passion, donde parece que él tiene más interés en su muerte que los mismos que lo crucifican, idea que me parece, de largo, lo más despreciable de la interesante película de Gibson.

- otro matiz: no defiendo la interpretación antijudía que algunos han querido dar a los Evangelios. Fíjese que a Jesús lo matan en la cruz (forma de ajusticiamiento romano), no por lapidación (que era la forma de muerte para los judíos), y eso implica muchas cosas.

- Barrabás/Jesús: es cierto que cosas así pasan todos los días, y es que demasiadas veces se pone antes la ideología que los hechos empíricos. Por ejemplo, fíjese en la de 'gente de progreso' de hoy día que culpabiliza hasta la náusea a gente honorable y digna como a Fernando Savater para alabar la supuesta voluntad de paz de un proetarra como Otegui. Caso cercano y reciente de cómo demasiada gente siempre preferirá a un asesino si es de 'los suyos' que a un hombre digno si no swe deja llevar por planteamientos sectarios.

- nota final: exacto, hay que aceptar y afrontar el sufrimiento de la vida. Ahora bien, tampoco hay que buscarlo de forma masoquista, como hicieron, creo yo que de forma equivocada (interpretaron mal el mensaje de Jesús, que decía "no quiero sacrificios, sino misericordia") tantos y tantos mártires. Buscar el sufrimiento como un fin en sí mismo es no entender nada de la historia evangélica.

Muy buenas las dos últimas entradas, amigo Pez, enhorabuena. Ahh, y feliz vierbnes santo especulativo, jejejej.

shalom!

El Pez Martillo dijo...

Vamos con los matices de los matices.

Conozco bien lo del Viernes Santo especulativo hegelianao, pero como hoy es Jueves Santo y lo que he escrito son especulaciones mías, pues me ha parecido bien hacer el juego de palabras. Tal vez debería haberlo titulado "especulaciones de Jueves Santo".

Sobre Judas, tiene usted razón, debería haber hablado de que lo negativo es necesario para que se cumplieran los planes de Dios, aunque lo mejor es no hablar de Dios y sus planes, porque "los caminos del Señor son inescrutables", y no es tarea de un pobre ignorante como servidor el pretender saberlos (y más si tenemos en cuenta mi cuasi-ateísmo). En cualquier caso, a mi también me interesan los aspectos humanos de toda esta historia, creo que es lo que más he destacado. Y me parece que la figura de Judas es una de las más interesantes en este aspecto.

Sobre el antisemitismo, el pueblo que pidió la crucifixión y liberó a Barrabás no es más que otra víctima de la pugna de poder y política que he citado entre los poderes locales e imperiales. El típico conflicto de competencias y los miedos a perder el asiento se conjuraron aquí. Y para ello el populacho es la herramienta más útil. Cuando hablaba de los ejemplos de hoy en día, estaba pensando en De Juana, cuyo caso se vio metido en la espiral de la política. Y al final, para dar fuerza a las posturas, se acaba sacando a la plebe a la calle. Como ve, nada nuevo bajo el sol. Nos seguiran sacando siempre que vena que hy algo en juego para ellos. Y por supuesto, no se puede culpar a todo un pueblo a lo largo de la historia a partir de una "decisión" puntual de la masa.

Finalmente, es evidente que no hay que ir de mártir ni buscar el sufrimiento porque sí. Pero si toca sufrir, pues hay que sufriri. Nada de escamotearlo. Y siempre dentro de unos límites. Como ya he dicho, me refiero a otras clases de dolor que van más allá del físico. Porque me parece una estupidez soportar dolor teniendo analgésicos. La cosa va más allá de esto, y pretendía atacar la tendencia de la sociedad actual de solucionarlo todo de forma rápida y fácil (como digo a menudo, hay mucha gente que se cree que todo se arregla apretando un botón o tomando una pastilla, y hay veces que es necesario, pero otras en las que podemos acabar saliendo beneficiados si aceptamos lo negativo).

De momento es todo. Feliz Viernes Santo también a usted, especulativo o no.

Johannes A. von Horrach dijo...

No discutamos: dejémoslo en 'Semana Santa especulativa', jajaja. OK?

En la muerte de Cristo se alían el poder político (Roma) y el religioso (Sanedrín), aunque en los evangelios se hace creo que excesivo hincapié en la responsabilidad judía, que contrasta con lo no demasiado mal parado que queda Pilatos, cuando ya digo que la forma de muerte fue la romana, no la judía. Casi lo único en lo que hay consenso sobre la muerte de Jesús es su muerte en la cruz (es decir, muerte 'romana'); lo que si los judíos pedían con más ganas que los romanos la cabeza de Jesús ya es más bien interpretable (se ha escrito sobre las conveniencias políticas de los evangelistas, que no querían enemistarse al poder imperial de Roma y que por eso pudieron relativizar su responsabilidad en la Pasión).

Lo de De Juana no lo pillo. Sí que salió gente a la calle, pero de forma bastante espontánea; a diferencia de otras éstas, al menos los primeros días, no fueron planificadas por partidos políticos (que luego, eso sí, se acabaron apuntando). Pero no veo que tenga similitud este caso con el de Barrabás.

Sobre Dios y Judas: un servidor es agnóstico y prefiere no hablar de Dios, creo que no es propio (como tyampoco lo es afirmar el Ser de forma positiva). Fíjese que en el cristianismo, a diferencia del judaísmo y del islamismo, la figura central no es Dios, sino un hombre (aunque se considere su jiho, y mezcle naturaleza humana y divina). Para ser cristiano basta con tener a Jesús como modelo, independientemente de lo que se piense sobre la figura de la divinidad. Yo diría que el espíritu divino está ahí, pero de forma elusiva, no como tema directo. El Dios cristiano, como el Ser de Heidegger, es algo que siempre-se-escapa.

shalom!

R. Basar dijo...

Offtopic: qué fenómeno, el gran Camilo... y qué chula la música. La película igual ha envejecido pelín mal -demasiado setentera-, pero la partitura sigue siendo fabulosa, en mi opinión.

El Pez Martillo dijo...

Hola, ojos de lechuza, bienvenid@ a este rincón de la red. Cierto, muy buena la música, me encanta. Hubiera querido poner la Canción de Judas, interpretada por Teddy Bautista (un papel premonitorio), pero no la encontré. Y es verdad, la película se ve ahora un pelín desfasada, pero aún se deja ver. Y Camilo Sesto también ha envejecido mal. Quién le ha visto y quién le ve...

Un saludo.