lunes, 4 de diciembre de 2006

Ganado


Nos traen. Nos llevan. Póngase a la cola. Y nos ponemos. Pacientemente. En la siguiente ventanilla, por favor. Y vamos. Seguimos las flechas. Sin rechistar. Nos convocan. Vamos. Nos desconvocan. No vamos. Cuanta más multitud, mejor. La unanimidad es un valor (leí una vez que en los antiguos tribunales judíos las decisiones que se tomaban por unanimidad eran descartadas, por resultar sospechosas). Algunos dirán que es lo más organizado. Pero, ¿quién dijo que teníamos que estar tan oprganizados?. Alguien con vocación de pastor. Entre los dirigentes de nuestras sociedades abundan los títulos que apuntan al pastoreo (la propia dirigente, líder, caudillo, lehendakari, führer, duce, pastor...). Y todos los demás ahí, exhibiendo nuestros rostros ovinos con sonrisa estúpida. Cada vez más filas, más orden, más seguir las señales y las órdenes. Para comprar la comida. Para ir de viaje. Para solicitar ayudas. Para enviar un paquete. Para sacar dinero en el banco. Para que nos vean en urgencias. Líneas, colores, protocolos, dibujos. Hoy me he sentido oveja. ¿Alguna objeción?. Tenga este impreso, rellénelo, por triplicado, pase por la siguiente ventanilla y espere a la cola, la que está delimitada por un cordel rojo. Gracias.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

dice Pez: "leí una vez que en los antiguos tribunales judíos las decisiones que se tomaban por unanimidad eran descartadas, por resultar sospechosas".

Concretando, mas que los tribunales judíos, se trataba de un principio registrado en el Talmud que sancionaba como negativa (y criminal) cualquier unanimidad contra un acusado. El sancionado por unanimidad debía ser automáticamente liberado. La idea de fondo: la naturaleza humana es radicalmente plural, y demostrar lo contrario sólo puede hacerse a partir de la coacción o del mimetismo sectario.
(fuentes: René Girard, André Neher, 'Manu' Levinas y doctor H, jejeje).

La unanimidad es un impulso natural del ser humano, y ese impulso muchas veces es sublimado por las ideologías, ya sea el comunismo o el fascismo. Ambas son ideologías 'comunitaristas', es decir, que tratan de blindar sectariamente a la comunidad alrededor de unas creencias intocables, en defensa de las cuales se admite cualquier agresión.

Pez, creo que encontrará poca gente más predispuesta en contra de la unanimidad que el doctor H, pero también creo que exagera en la última parte de su escrito. Ese orden regulado al que se refiere, el cansino orden de lo burocrático, se parece poco, o no se parece nada a la unanimidad. Este orden, todo lo entontecedor que se quiera, no es más que una formalidad instrumental, pero no veo que debajo de ella se encuentre pulsión unanimizadora alguna. La pulsión unanimizadora siempre late por debajo de lo evidente, asaltándonos cuando menos la esperamos.

Anónimo dijo...

Por cierto, amigo Pez, el doctor H sigue esperando ese post prometido sobre las 'torturas chinas' a plazos (o a trozos, para ser más exactos). Si no se decide, al menos páseme las 3 fotos escaneadas, si no es molestia.

Si lo prefiere, el doctor H le escribe el texto, si éste no le sale. ¿Le parece el trato?

El Pez Martillo dijo...

A mi tampoco me cuadró mucho lo de la unanimidad, pero es que escribo por impulsos y muchas veces pongo lo primero que se me ocurre y me viene a la cabeza. Nunca sé como voy a acabar. Tal vez debiera haber hablado de homogeneización (en parte, además de por ese impulso gregario del ser humano, fruto de un igualitarismo mal comprendido). Pero la unanimidad viene después de la homogeneidad.

Gracias por las puntualizaciones, que enriquecen y completan mucho lo que escribo sin saberlo muy bien (a menudo sólo "oigo campanas").

Y respecto a ese post que usted me encargó, no se preocupe que no me olvido. Lo que pasa es que lo estoy dejando madurar. Entre eso y que ando un poco ocupado (ya sabe usted, trabajo, vida social, pereza...) no encuentro el momento adecuado para sentarme a escribir. Me suele pasar que ante un texto que considero importante (por la temática, por su valor, porque tenga que entregarlo...) me quedo como bloqueado. No me parece mala idea lo de que escriba usted el texto. Podríamos hacer algo asío como un diálogo, escribiendop una parte usted y otra yo.

Y respecto a esas fotos, buscando un poco por Internet he descubierto que al menos una de las fotos del libro es incompleta. He encontrado la versión entera y es mucho más impresionante aún (no quiero adelantar nada más).

Anónimo dijo...

También he visto esa foto en el google, y sí que impresiona todavía más que la versión recortada de Bataille (por cierto, no entiendo que Bataille la recortara).

Sobre unanimidad y homogeneidad, parece raro, pero la homogeneidad no suele ser la antesala de la unanimidad, sino al contrario. Las dinámicas sociales de unanimidad se suelen dar en un contexto de general desestructuración, en cuya confusión surge la necesidad evolutiva de volver a la unidad comunitaria (nostalgia del Uno representado como Paraíso Original). Piense por ejemplo que Hitler surgió en un contexto así, de antagonismos a todos los niveles, y no en sociedades ordenadas y homogeneizadas como son las socialdemócratas del norte (Suecia, Finlandia, Holanda). El desorden llama al orden y a la inversa, la homogeneidad (no la unanimidad) permite la individualidad. Dice Marzoa ('De Kant a Hölderlin') que el individualismo moderno no es tal, pues siempre partimos de él, aunque sea teóricamente, de modo que nunca podemos hacerlo nuestro. "Nuestro problema es que por ese carácter nativo de individualidad y soledad tendemos, por el contrario, a la indiferenciación". Al contrario que los antiguos griegos, que partían de la indiferenciación grupal, de modo que para ellos la individualidad era algo verdaderamente a conquistar, aquello hacia lo que se tiende.

El Pez Martillo dijo...

Lleva usted razón doctor. Sólo una pequeña puntualización que en nada altera lo dicho. En las sociedades desestructuradas hay un impulso hacia la homogeneización. Y en las homogéneas un impulso de dispersión (o de individualización, llámesele como quiera). En cualquier caso, la unanimidad total no es algo posible, por lo que se podría hablar de cuasi-unanimidad. Y eso, insisto, es más factible en las situaciones de homogeneidad (porque al ser todos más "iguales", tendemos a tener todos una base similar). Aunque luego tendamos a individualizarnos, rompiendo esa cuasi-unanimidad.