jueves, 16 de noviembre de 2006

El síndrome de la guapa lista


Existe el tópico de que las guapas son tontas (siendo estrictos, los guapos también, pero ciñámonos al tópico). Conozco algunas (y algunos). Y también tendemos a darle valores fijos a la inteligencia o la estupidez. Como si cada uno naciéramos con una dosis fija de inteligencia y no fuera posible alterarla a lo largo de la vida. Yo diría que no es así, que el intelecto, al igual que la musculatura, es algo que podemos acrecentar con el entrenamiento. Ciertamente, hay unas posibilidades heredadas, pero depende de nosotros quedarnos en el perfil bajo o en el alto de nuestras posibilidades.

¿Y para qué nos sirve la inteligencia? Para alcanzar objetivos. Si nos planteamos el mundo como un reto, como una fuente de problemas, la inteligencia es el método que tenemos que enfrentarnos a él y solucionarlos. Y si los problemas nos vienen atenuados o hay por ahí alguien que nos lo hace fácil, pues resulta que las facultades intelectuales no se desarrollan.

A las guapas les ocurre que los hombres, que somos seres primarios, nos desvivimos por satisfacerlas y causar buena impresión. Por lo tanto, todo les es fácil. Porque saiempre tienen la posibilidad de enganchar (que no engancharse) a alguien que les resuleva los problemas. Con las no-tan-guapas pasa lo contrario, que han de ganarse las soluciones de otra manera. Y para ello recurren a lo que tienen más a mano, que es su cabeza (o, en nuestros días, el cirujano estético, porque, para qué engañarnos, la ley del mínimo esfuerzo está ahí, como bien señala el filósofo Gregory House). Si lo que hoy en día prevalece es el cuento del éxito y demás, las guapas triunfan sin demasiado esfuerzo mental (intentan hacerse modelos), y las feas se apuntan a otras cosas más complejas y que requieren un uso más intensivo del cerebro (físicas nucleares, catedráticas, o ministras...). De este modo se convierten en interesantes, aunque sólo sea para quienes dispongan de receptores específicos para sus intereses.

La cuestión es que, vaya usted a saber por qué anomalías (biográficas o psicológicas) hay mujeres guapas que explotan su inteligencia, apartándose del camino fácil. Algunas saben combinar muy bien su belleza y su inteligencia. Pero hay otras a las que la combinación les causa problemas. Se dan cuenta de que la gente, tanto hombres como mujeres, se fijan en su aspecto externo y no toman demasiado en consideración sus aptitudes mentales. Y a ellas les gustaría que fuera al revés, porque se han esforzado en mejorar y es muy importante para ellas su cabecita. Esto les crea conflicots, las hace vulnerables y más complejas de lo habitual (que ya es decir).

No me gustaría estar dentro de la cabeza de una mujer que padece el síndrome de
la guapa lista. Conozco a alguna y debe ser terrible. La inseguridad (el tener conocimientos e inquietudes intelectuales te da mucha inseguridad, pero a ellas mucha más), los altibajos, el afán de que se vea de una la parte mental y el saber que muchos sólo ven la parte física y no van más allá, todo esto arruina la vida poco a poco, provoca una espiral descendente y no hay forma de mantener relaciones (de amistad o más profundas). Se mueven mucho, no están en un lugar fijo, y huyen. Huyen de la soledad, que les provoca que su mente se ponga en marcha y les hable. Esto les lleva a una hiperactividad superficial (estar en topdas partes y en ninguna) que espanta a la gente, profundizando en su sentimiento de estar solas.

Y a pesar de todo, al ser mujeres y vivir en nuestro dónde y en nuestro cuándo, hace que mantengan el afán de estar guapas y de atraer a la gente, de ponerse modelitos y estar siempre esplándidas. Y esto las escinde aún más. Lo dicho, ha de ser duro esto del síndrome de la guapa lista (que podría hacerse extensible a los hombres, aunque no conozco a ninguno aún), y tal vez pone de manifiesto alguna de las vulnerabilidades de la situación actual de la mujer en el mundo occidental.

12 comentarios:

Werewolfie dijo...

-Pues yo soy guapa, y soy inteligente.
-Pero...pero... ¡Usted es una zarigüeya!
-Sí, y además guapa e inteligente, el lote completo, oiga.

Cvalda dijo...

En mi concepción de muejeres guapas conozco a mucha guapa-inteligente, pero está claro que mi idea de ser bella no es la común, asi que no son ejemplos a tener en cuenta...

En cualquier caso, a pesar de lo difícil que lo pueda tener una guapa con aspiraciones intelectuales, siempre lo tendrá más fácil, porque una guapa puede aparentar ser una chica normal, pero a las chicas normales nos cuesta más estar guapas (socialmente hablando).

Anónimo dijo...

Volviendo a la reflexión de mi colega House (hola Gregori, com anam?), pero dejando de lado lo de la inteligencia para centrarnos en lo que Jünger llamaba algo así como "la calidad de prójimo". El éxito enloquece y demasiadas guapas enloquecen de éxito social demasiado pronto. Una mujer extremadamente bella y que ya tiene esos rasgos desde la niñez se relaciona con el prójimo de una manera muy distinta que si es fea. Y esto no tiene que ver con la inteligencia, sino con lo de Jünger. Si una niña ya desde pequeña ve que la ponen en un altar por el simple hecho de ser una monada es muy probable que siempre vea a sus prójimos como títeres a los que poder manipular para conseguir sus objetivos. Podría ser este un caso de mujer bella e inteligente (inteligente para según qué, claro), pero también es cierto que sería esa cosa tan plástica y que tanta gracia me hace que se dice de "es más peligrosa que una piraña en un bidé".

Anónimo dijo...

Resumiendo: el doctor H cambiaría lo de 'las guapas son tontas' por 'muchas guapas dejan que desear en cuanto a carácter'. La belleza es una arma social de poder escalofriante. Que me lo digan a mí, que me confunden día sí y día también con George Clooney.

Anónimo dijo...

Ahora es cuando el amigo No fui yo nos contará a todos su archifamosa tesis de '¿Por qué los filósofos son tan feos?'. Anímese Maestro, que el escenario es suyo.

Werewolfie dijo...

Próximamente, ya saben dónde. O no (no próximamente, o todavía no, o no lo saben, o no dónde, o ninguna de estas cosas todo al mismo tiempo, o alternativamente, o combinen, varíen e inventen a su gusto; faltaría más).

Y no todos son feos. Hay quien se parece a George Clooney (servidora y según días, al Poderoso Thor, versión Kirby).

El Pez Martillo dijo...

¿Porqué os referís a los filósofos en tercera persona

Anónimo dijo...

WHY? Por que yo no me considero más que 'aprendiz de filósofo'. Hay que comer més sopes para alcanzar la empalmada intelectual de los machos alfa del logos.

El Pez Martillo dijo...

No me gusta lo de aprendiz de filósofo, más que nada porque eso ya denota un modo de estar dentro de la filosofía. Propongo como alternativa "filósofo de tercera regional", o tal vez "filósofo amateur".

Anónimo dijo...

Dejémosolo en 'filósofo minga fría', más propio.

El Pez Martillo dijo...

Lo de minga fría lo dirá por usted. Averigüe porqué me llaman Es Caliu. Precisamente por eso soy de quinta fila, porque caliuet no me deja centrarme.

Anónimo dijo...

Cuanto homosexual misogino escondido opinando sobre los seres tan superiores a los q envidia por no llegarle ni a la suela de los zapatos.las mujeres bellas e inteligentes. Las q no pueden hundir ni domar porque son seguras de si mismas.y claro....eso jode.verdad?