martes, 31 de octubre de 2006

De nuevas tecnologías


Resulta un poco agobiante esto de internet y las nuevas tecnologías. Poco a poco van entrando y te vas enganchando a ellas. Y luego, cuando faltan, tienes mono. He estado unos cuantos días sin poder acceder de forma normal a internet y ahora tengo que ponerme al día en foros, blogs, correo electrónico... La verdad es que agobia. Y todo por mi manía de actualizar las cosas, que hace que al querer poner las nuevas versiones del sistema operativo que uso (kubuntu) todo se me vaya al carajo. Luego lo agradezco, porque las mejoras son muy interesantes, y pienso que ha valido la pena la actualización y las horas peleándome con el portátil para hacer que la puñetera red inhalámbrica funcione como toca. Y al final termino preguntándome si merece la pena tanto nervio y tanto subirme por las paredes por una cosa tan tonta, porque al fin y al cabo, para lo que uso el cacharro no necesito tener las última filigranas. Nos han creado una ansiedad (no sé si tiene que ver con el consumismo o no) por tener lo más nuevo, el móvil que hace las mejores fotos y que nos permite retocarlas, el ordenador con la conexión más rápida, el dvd de mejor calidad. Y yo sigo cuestionándome si el progreso consistía en eso.

4 comentarios:

Werewolfie dijo...

Elpreogroeso deriva en consistencias, es decir: democratización de la pornografía, voto a Brios. Hubs, ports, id, wifi, et.al.: ¡butifarra!

Cvalda dijo...

No sé si el progreso consiste en todo esto, pero la sociedad de consumo seguro que si...

A mi simplemente me gustan las cámaras y los ordenadores, por lo que se puede hacer con ellos...como la foto de este comment, que es genial :)

P.D. Muchas gracias.

Branch dijo...

No sé si el progreso resulte en ello, pero de que ahora ya son necesidades creadas...

ni dudarlo.

Saludos :)

El Pez Martillo dijo...

No es que esté en contra de los avances, sólo es que a veces necesito pararme a reflexionar sobre todo esto. Estamos en una especie de huracán que nos arrastra y del cual no podemos bajarnos, aunque sí que podemos ponernos lastre. La rapidez de los cambios es brutal, sólo hace falta pensar que hace diez años no tenía ni ordenador ni móvil, y apenas empezaba a oír hablar de internet. Y en este poco tiempo se han hecho imprescindibles, aunque a veces pienso que tan pronto como llegaron se pueden marchar (seguramente porque venga algo que los desplace con la misma velocidad).