martes, 6 de junio de 2006

Frases


A veces las mejores frases son esas que consiguen expresar lo inexpresable. No es que lo logren al cien por cien, pero de algún modo consiguen abrir una puerta entre lo que está ahí y que no se puede decir, y las palabras. Creo que existe un abismo entre el lenguaje y la realidad (sea lo que sea eso), y también pienso que hay muchas cosas que las palabras no pueden decir, que nuestros idiomas son insuficientes a la hora de comunicar. Y la gracia de estas frases es que nos hacen creer, por momentos, que sí, que es posible que el lenguaje llegue a las profundidades más abismales, donde se encuentran los fundamentos del mundo, y que le están vedadas.

Muy a menudo, estas frases se dicen casi sin querer, camufladas en un discurso que en apariencia les es ajeno. Son casi inconscientes. Pero cuando se llega a una de ellas, es como arribar a un nuevo continente, te abren todo un sinfín de posibilidades, permiten nuevos pensamientos, y sugieren multitud de ideas curiosas.

Todo esto no es más que una introducción para exponer una de esas frases. La pronunció mi profesor de estética, Mateu Cabot, en medio de una clase, para ilustrar precisamente esa idea que he intentado plasmar aquí, y que también (y tan bien) pensó el genial Ludwig Wittgenstein. Desde que fue pronunciada revolotea en mi cabeza, y son muchas veces las que he tenido que usarla, sugiriéndome muchas de mis ideas fundamentales. La frase en cuestión es la siguiente:

"Cuando en una relación hay que llegar al extremo de decir te quiero, es que algo falla en ella".

A simple vista parece una tontería, incluso mucha gente no está de acuerdo con ella. Pero a poco que uno se para a pensarla, repara en la profundidad que estas palabra esconden, y que tal vesz sólo se pueda expresar de esta manera.

4 comentarios:

Cvalda dijo...

Las palabras son un invento humano para poner en común sentimientos similares y comprender el estado del otro.A veces,es verdad, que no tienen mucho sentido las palabras, pero somos humanos...y hay veces en que no basta sólo con actos, necesitas las palabras...

El Pez Martillo dijo...

Ciertamente, el lenguaje establece un especio común en el cual los seres humanos podemos comunicarnos. Pero no hay que olvidar que las palabras no son la realidad, que ésta va más allá de aquéllas, y que no debemos perder de vista esa riqueza que se pierde con las palabras.

Cvalda dijo...

En eso tienes razón ;) Y lo digo como una gran amante de los silencios; a veces, con una sola mirada...

El Pez Martillo dijo...

A eso es a lo que quería ir yo.

En realidad esto no es nada nuevo, lo he tomado del citado Wittgenstein y su Tractatus Logico-philosophicus (que sale en el dibujo que ilustra la entrada). En él se pasa hojas y hojas hablando del lenguaje y de su naturaleza (es muy curiosa la estructura que tiene, frases cortas de las cuales se deducen otras frases), para, al final decirnos que todo lo que ha dicho no es más que una preparación y que podemos olvidarlo. Lo realmente importante del tractatus es su última proposición, que más o menos viene a decir que "de aquello de lo que no se puede decir nada, es mejor no hablar".

Que comentario más profesoril me ha salido. El próximo día exámen.