martes, 31 de enero de 2006

¿Se me oye?


Ayer, buceando (las criaturas más extrañas y llamativas de Internet no se hallan navegando, sino bucenado) me topé con hazteoir.org, una página de denuncia de diversas situaciones que se dan en nuestro complicado país. No es mi intención ponerme a favor o en contra de las cosas que allí se denuncian (al fin y al cabo a cda uno le molesta lo que le molesta y somos muy libres de opinar lo que queramos). Lo que aquí quiero destacar es lo que más me llamó la atención. En esta página se habla de ciertos abusos (si reales o no, ya digo que en eso no me voy a meter) y se anima a la gente a que escriba cartas de queja a los organismos encargados, bien de cometerlos, bien de intentar solucionarlos. Hasta aquí todo muy bien. Lo curioso viene cuando se clica en las ditintas noticias. Allí hay todo un desarrollo de la misma, y al final (en realidad, no es en todas, sino sólo en las que resulta necesario mandar quejas) se encuentra el texto de la carta y varios campos para rellenar con los datos personales. Igual son paranoias mías (soy bastante raro), pero me parece que esto es una forma un poco extraña de proceder. Está muy bien lo de poder quejarse y todo eso, y lo de tener los cauces adecuados para hacerlo también, pero creo que hacerlo a un sólo golpe de ratón es un poco burdo. Pero claro, es la cosa de los tiempos que corren, en los que todos esperamos que nos hagan las cosas, y cuanto más hechas, mejor (compramos comida precocinada, calentar y comer, esperamos que los gobiernos nos solucionen los problemas, y que lo hagan en 4 años, no queremos hacer colas...). Y ya tenemos hasta quejas precocinadas, mándelas usted, a un sólo golpe de clic.

Lo que leí después fue de órdago. También se puede mandar una carta a 120 medios de comunicación para que se sepa. Otra perla de la delegación. Delegamos en una página web la tarea sagrada de quejarnos (como delegamos tantas y tantas cosas en la vida diaria, de cada vez más), y nos dan hecho todo, no hemos de buscar ni las direcciones a las que mandar, ni siquiera hemos de redactar nada, sólo mover un poco el dedo. ¿Qué valor tienen estas quejas? (algunos dirán que una carta es una carta, cierto, pero no se trata de acumulación hay cosas que, aunque menos, tienen más valor que las más). Apenas hay trabajo detrás (me refiero a trabajo personal, que es ese en el que volcamos nuestra persona, porque claro que alguien lo ha tenido que escribir), no hay esfuerzo, y me atrevo a decir que algunos (no sé si muchos o pocos) son totalmente inconscientes de lo que hacen. Se me ocurre pensar en alguien que todos los día entre y mande por norma esas quejas, así, con simple golpe de dedo, sin pensar mucho lo que hace, y también sin leer lo que allí pone muy a fondo. Se trata simplemente de crear algo así como un efecto tsunami, de inundar las administraciones de quejas (quejas que, por otro lado, dudo que alguen se lea, o de que lleguen al destinatario adecuado, eso es tema para otro debate).

Y lo que ya remató mi sorpresa fue una sección (think tanks) en la que se ofrecen argumentarios para los más diversos temas. Ya nos ofrecen hasta las respuestas que tenemos que dar. Gracias. Un esfuerzo menos que tenemos que realizar. Nos dicen hasta las mentiras que nos cuentan, nos desvelan la verdad. Gracias de nuevo. Que alguien se los baje y se los parendan de memoria. Quién sabe, cualquier día de estos nos lanzarán esos argumentos en el bar, en el trabajo, o alguien de nuestra familia. Todos diciendo lo mismo (realmente espanta la falta de originalidad que hay en este país, resulta una tarea ardua encontrar alguien original y que pone su sello personal, porque ya que opinamos, hagámsolo personalmente). Si no fuera porque no son nada sospechosos de ser progres (aunque dicen que no promueven ningun a ideología, progres no son, se les nota), se diría que lo son, porque tienen actitud de progres.

Hasta la próxima. Se agradecerán comentarios (que sean originales, por favor)

lunes, 30 de enero de 2006

Cosas del progreso


Noticia tomada de diariodemallorca.es, del día 29 de Enero:

Montuïri y Escorca tienen más coches que habitantes
El Impuesto de Circulación en pequeñas localidades de interior es casi la mitad de lo que pagan los contribuyentes de Palma

MIGUEL MANSO. PALMA.

Los municipios mallorquines de Montuïri y Escorca disponen de más coches que habitantes, según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) correspondientes al año 2004.
El parque móvil de Montuïri asciende a 6.626 turismos mientras su población a penas sobrepasa las 2.500 personas. Otro tanto ocurre con la localidad costera de Escorca, la más pequeña de la isla: 295 vecinos censados y 1.141 automóviles.
La profusión de coches en los dos pueblos gobernados por el Partido Popular no se entiende sin la aportación de las empresas de ´rent a car´. El alcalde de la localidad del Plà de Mallorca, Gabriel Matas, confirmó a este diario que una compañía de alquiler de vehículos abona el Impuesto de Circulación en su consistorio.
El importe del gravamen en ambos municipios se reduce a la mitad de lo que pagan los contribuyentes palmesanos. El coste de un coche de hasta 16 caballos fiscales -un Seat León o un Renault Megane- asciende a 72,81 euros en Montuïri frente a los 131,49 euros de Palma.
La mayoría de las localidades de interior ha establecido un Impuesto de Circulación ´barato´ como reclamo. Una circunstancia bien vista desde las compañías con flotas de más de 500 turismos, indican distintas fuentes del sector. A cambio, los ayuntamientos perciben unos ingresos extraordinarios que permiten enderezar las arcas públicas.

Seres motorizados

Balears es la comunidad autónoma de las cuatro ruedas. La provincia más motorizada después de Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga y Alicante, según los datos de la Dirección General de Tráfico. Los más de 788.000 vehículos matriculados en las islas se reparten de la siguiente manera: 110.000 camiones, 2.200 autobuses, casi 600.000 automóviles, 68.000 motocicletas y 1.700 tractores.
Al margen de Montuïri y Escorca, varias localidades casi contabilizan un coche por vecino, caso de Bunyola, Capdepera, Consell, Deià, Santanyí, Sant Joan o Calvià.
El mercado de los turismos nuevos sufrió el pasado año un severo retroceso del 30% mientras el resto del país volvió a batir un récord de ventas. El origen del descenso radica en las empresas de alquiler, que matricularon un 30% menos, aunque también decrecieron las ventas a particulares.
Ramón Seijo, secretario general de la Asociación Empresarial de Distribuidores de Automoción de Balears (Aseda), reconoce una "ligera" disminución en la comercialización de los concesionarios. No obstante, Seijo advierte que un importante volumen de ventas no siempre se traduce en un negocio rentable, sobre todo si se basan en descuentos y ofertas. "Los intereses de los fabricantes no siempre coinciden con el de los concesionarios", apunta Ramón Seijo.
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Más allá del hecho particular (encuadrado en una guerra abierta entre el ayuntamiento de Palma y las empresas de alquiler de coches, largo de explicar aquí), la noticia me provoca algunas reflexiones. No somos la comunidad con más coches, hay provincias con más coches (no dice si son coches por habitante), pero hay un dato importante que se puede pasar por alto. Esas provincias limitan con otras provincias, y las posibilidades de movimilidad son mucho mayores. En cambio, Mallorca es una isla, en la que lo más lejos que se puede llegar no es más de 70 Km. ¿A qué viene entonces tanto vehículo?. ¿De qué estamos huyendo?. Posiblemente la causa principal sea la crónica falta de transporte público que padecemos desde siempre (aunque es cierto que en los últimos tiempo hemos mejorado algo, pero nos queda mucho). Y también puede ser por estar como estamos en una sociedad de nuevos ricos, donde sólo importa tener y distanciarse de los que no tienen, eso sí, sin tener ninguna clase (porque en nuestro comportamiento sólo importa el puro tener, más allá de cualquier clase de refinamiento). Tomando el hecho de tener más coches como excusa, a alguien se le ha ocurrido la idea de ponerse a hacer autopistas y mejorar carreteras. Hala, a estimular más la circulación.

domingo, 29 de enero de 2006

Valldemossa

Calle de Valldemossa

Si hay un sitio de mi isla al que me gusta ir, en el que me siento a gusto y relajado, ese es Valldemossa. A unos pocos kilómetros de Palma y en medio de la montaña. La carretera para llegar no es demasiado mala, con algunas curvas no muy cerradas en la parte de la montaña. Ya a medida que uno se va a proximando en el coche puede apreciar una preciosa vista global del pueblo. Hay varios aparcamientos en la entrada del pueblo, destinados a los visitantes (hay mucho turista). Esta entrada no es demasiado vistosa, como la de cualquier pueblo. Lo bonito está dentro. Como se trata de un pueblo pequeño en apenas dos horas está recorrido por completo, así que no da ninguna pereza adentrarse en las calles más recónditas (es más, sería un pecado no hacerlo). Los circuitos turísticos sólo prestan atención a la Cartuja (donde estuvo alojado durante unos meses el músico Frederic Chopin) y sus alrededores, llenos de tiendas de souvenirs y bares, donde algunos días se monta un mercadillo. La parte que a mi me gusta, por la que me encanta pasear es por decirlo de algún modo la parte antigua del pueblo. Calles estrechas, húmedas, en las que con dificultad llega el sol. En algunas de ellas no se pueden extender demasiado los brazos, ya que en seguida se tocan las paredes. Y lo mejor de todo es que la gente tiene la costumbre de sacar las macetas, y se pueden ver toda clase de plantas en los portales de las casas, colgadas en las paredes, en las ventanas... Además son unas plantas cuidadas por el clima de la montaña, que hace que luzcan con un verde muy especial.

Valldemossa está llena de rincones pintorescos y evocadores. Una fuente, una esquina, la casa natal de Santa Catalina Thomas (muy venerada en la localidad), la propia Cartuja, los portales de las casas, un mirador que hay junto al palacio del rey Sanxo (en días claros se puede ver palma y su bahía), la calle Constitución, el callejón de la rosa, una cabina completamente cubierta de plantas (tanto que casi no se puede acceder al teléfono)... Casi cada piedra del pueblo es digna de ser admirada, de que uno pierda un tiempo contemplándola. La tranquilidad que se respira casi invita a ello.

La época ideal para visitar Valldemossa es en invierno, cuando el frío más aprieta (es uno de los municipios más fríos de Mallorca), sobretodo por la tarde, cuando hay menos gente y se puede captar mucho mejor el pulso del pueblo. Si uno llega a la noche en Valldemossa, da la impresión de que al volver cualquier esquina uno se puede encontrar con Chopin, o Santa Catalina Thomas (los isleños la llamamos La Beata), o con S'Arxiduc (Archiduque Luis Salvador de Austria, personaje legendario en Mallorca, uno de sus ilustres visitantes, que vivió y amó estas islas, y del que aún se habla con respeto, ya que fue uno de los primeros en dar a conocer las islas a los europeos, a finales del XIX y principios del XX).

En fin, poco más que decir de Valldemossa, sólo traer del recuerdo uno de los momentos más bellos y poéticos a los que he podido asistir. Era Enero, en medio de una de esas olas de frío que de tanto en tanto se acercan por aquí. El frío era intenso, muy intenso. Cuando llegué hacía sol, pero en unos momentos bajaron unos nubarrones de la montaña que cubrieron el pueblo de una ligera niebla. Entonces empezó a nevar. Lejos de acobardarme (la nieve en Mallorca no es algo común, y nos asustamos por cuatro copos), seguí caminando, y fui al mirador del palacio del rey Sanxo, para contemplar el valle mientras estaba nevado. Allí, no sé si desde el palacio o alguna de las casas vecinas, se escapaba el delicioso sonido de una de las melodías de Chopin. Nunca llegaré a saber si era alguien que la estaba tocando al pieno o sólo era una grabación, pero la belleza del momento exigía que fuera una interpretación en directo (y quiero pensar que así era). La cuestión es que el frío, la suavidad de la nieve cayendo, la vista de la montaña y la música se conjuntaron para crean un momento precioso, de esos en los que el mundo parece tener un sentido.

sábado, 28 de enero de 2006

La vida soñada de los ángeles

Acabo de ver La vida soñada de los ángeles (La vie rêvée des anges), película francesa de 1998, dirigida por Eric Zonka y protagonizada por Élodie Bouchez y Natacha Régnier. Tal ves es por que la tengo muy reciente o porque estoy en un momento bastante sensible, pero la cuestión es que me ha dejado impresionado e impactado. Para ser sincero, no tenía ni idea de qué iba, lo cual suele ocurrir con estas películas que no se ven respaldadas por la maquinaria de la mercadotecnia. La única referencia que de ella tenía es una de sus canciones, Rue des cascades, interpretada por Yann Tiersen (nota rosa a quien pueda interesar: él y Natacha Régnier han sido pareja, y ella ha colaborado poniendo su voz en algunas de sus canciones). Mi admiración por este músico francés y el haber visto algunas de las películas a las que ha puesto su música (Amélie y Good Bye Lenin), me hizo sentir curiosidad por esta cinta. Y no me ha defraudado. La canción en cuestión sólo sale en los créditos finales, pero no la he echado de menos. De hecho, en toda la película apenas hay música, sólo la que suena de fondo en algunos de los lugares en los que se desarrolla. No hay ninguna clase de apoyo musical en las escenas, ni falta que le hace.

La película se desarrolla en un continuo crescendo, empezando de un modo relativamente sencillo para poco a poco ir haciéndose más compleja (tanto que al principio nos creemos que la protagonista es una, para luego añadirse otra y acabar haciéndole sombra). La historia es compleja, cruda, desgarrada, la amistad de dos mujeres jóvenes que comparten la vida en una semi-miseria y vacío vital que las lleva a las prisas por vivir y a amores destructivos, que hacen que su relación se vaya haciendo más y más difícil. No quiero contar mucho más, preferiría que se viera sin saber muchos más detalles. Sólo me gustaría reseñar la actuación de las dos protagonistas, en especial la de Natacha Régnier, que está impresionante en su papel de chica conflictiva y llena de lucha interior, con sentimientos encontrados, de esas que parece que necesitan estar cayendo una y otra vez para poder seguir adelante, que están abocadas a la autodestrucción (que nadie se tome esto como un anticipo de lo que pasa, ni mucho menos, es sólo la impresión que me quedó de su interpretación). Me dejó impresionado su papel, tanto que la Régnier pasa automáticamente a mi particular olimpo de actrices (que no se inquieten Audrey y Nicole, que el olimpo es muy grande, y Natacha aún no las desplaza).

Natacha Régnier

En resumen, muy recomendable para quien guste de películas intensas, llenas de sentimientos (no siempre agradables), y que le dejan a uno con cierta desazón una vez han terminado.

Por hoy ya está bien.

jueves, 26 de enero de 2006

Unidades y archivos



Se habla mucho de la unidad del Archivo General de la Guerra Civil Española (los famosos papeles de Salamanca). ¿Y la unidad de los archivos de la Generalitat o de cualquier otro archivo que tenga documentos ahí? ¿Cuál es la unidad que debe prevalecer? ¿Es que acaso está ahí todo lo referente a la guerra civil? Sé de gente que tiene fotos y papeles de aquella época, que no están en Salamanca. ¿son menos válidos y útiles para la historia que los que están ahí?¿Cuántos archivos están completos?.

miércoles, 25 de enero de 2006

¿El futuro de la música?

Vueltas y más vueltas en torno a lo mismo

Leo el siguiente titular:

Las melodías para móviles salvan al mercado discográfico

Y me estremezco. ¿Esto salva la música?. Sinceramente, si el tema de la industria discográfica va a ir por ahí, casi prefiero volver al vinilo, o a la época preindustrial (al fin y al cabo, cuando no había discos ni nada parecido no se hacía mala música)


martes, 24 de enero de 2006

Reflejos


¿Devuelven los espejos la realidad?, ¿o la deforman?.
Me postulo desde ahora mismo a ser espejo de la realidad, a devolverle al mundo los reflejos que mi óptica (sin duda alguna, deformada) genera.
¿Osará alguien a posar su mirada en ellos?